Luego de tres años y medio del crimen de Juan Cruz Ibáñez, el estudiante asesinado en un intento de robo en su departamento de Zeballos al 2133, se condenó al acusado, Lucas Ojeda, a 17 años de prisión por considerarlo autor del crimen.
La resolución fue dictada por la jueza de menores María Dolores Aguirre Guarrochena, ya que al momento del crimen, el acusado tenía 17 años. El joven se encontraba alojado en la Unidad Penitenciaria de Piñero y a pedido de la magistrada se eliminó su categoría de “preso de alto perfil”.
En un fragmento de la resolución, Guarrochena dedicó unas palabras al condenado, en las que le explicó que ordenó incorporarlo a la escuela primaria para que pueda empezar a cursar desde el quinto grado en la modalidad presencial.
“Recordá que siempre va a estar la posibilidad de pedir perdón y de escribir una carta a los familiares de Juan Cruz. Acordate también que dijimos que quizás ellos no puedan leer la carta ya mismo (o quizás que no la lean nunca) y que también hay que respetar esa decisión. Pero a pesar de esto, el simple hecho de que vos puedas pedir perdón de corazón es un gran paso para restaurar y sanar”, escribió la jueza.
También dirigió un mensaje a la familia de la víctima, en el que extiende sus condolencias y reconoce que si bien la pena de 17 años puede resultar “insuficiente” ante la pérdida física, sigue significando “una sanción dura”.
Al respecto, la magistrada agregó: “Espero que de este acontecimiento traumático puedan sacar fortaleza. Existen incontables ejemplos de personas que lo lograron, dando un nuevo sentido al dolor. Quiero agradecerles el respeto que me dispensaron en aquellas ocasiones en las que han venido al Juzgado, sabiendo que para ustedes los tiempos judiciales son dilatados y que quizás esperaban respuestas más inmediatas”.
Y concluyó: “Por último, me permito humildemente sugerir que se preserven de algunas personas que pretenden sacar de este triste suceso rédito político. En primer lugar, porque Juan Cruz no se lo merece (no se merece ser convertido en un medio para un fin, sino que es un fin en sí mismo) y en segundo lugar porque todos los organismos del Estado, sin excepción, somos responsables –cada uno dentro de nuestras respectivas competencias– de un estado de cosas que ha derivado en un hecho como el que hoy lamentamos”.
Sobre el caso
Juan Cruz Ibáñez fue asesinado a puñaladas cuando tenía 23 años en el interior del departamento en el que vivía, en el primer piso de Zeballos 2133, el 29 de junio de 2018. El homicida estuvo cuatro horas más en el departamento, se duchó y se vistió con ropas de la víctima. Cargó una notebook y otros bienes, e intentó marcharse con el auto de Juan Cruz. Pero no supo cómo sacarlo de la cochera, se marchó en un taxi. No le pagó al taxista, quien al otro día, al ver la noticia del crimen, denunció a la policía.