A más de una década del secuestro, abuso y asesinato de Rocío Gómez, una joven oriunda de San Lorenzo, este lunes condenaron con 20 años de prisión al tercer involucrado en el hecho ocurrido en 2011. La chica estuvo desaparecida desde el 25 de febrero hasta agosto de dicho año, cuando encontraron su cuerpo enterrado con cal en una casa de Martín Fierro al 600.
El tribunal integrado por los Jueces de Primera Instancia Ismael Manfrin, Fernando Sosa y Silvana Lamas González, condenaron a Hernan Lazo, de 45 años, a la pena de 20 años de prisión efectiva por los delitos de Homicidio simple y Robo calificado por el uso de arma de fuego, todos en concurso real entre sí en calidad de coautor en el caso de Rocío Gómez.
Lazo fue capturado diez años después en Trenque Lauquen y fue el tercer condenado por el femicidio. Entre los cómplices, estuvo su hermano, Juan José “Pijuán” Lazo, que en 2014 recibió una pena de 15 años de prisión –bajo el viejo sistema procesal penal– y está cerca de recuperar su libertad. El otro fue Jonatan Raúl Vargas, a quien le dieron 7 años y 6 meses.
Según la investigación, Rocío se encontraba en la casa de Juan José Lazo (su pareja en ese entonces) junto a su hijo de un año y fue obligada a enviar un mensaje a sus padres, pidiéndoles que asistan al domicilio para venderles una moto de su pareja.
Al llegar al lugar, los padres de Rocío fueron golpeados, les colocaron cinta adhesiva en la boca y precintos en las manos, y rodearon con una cadena el cuello a uno de ellos, mientras continuaban golpeándolos con puños, pies y palos, y con amenazas con un arma de fuego con aptitud para el disparo.
Ambos fueron retenidos en el lugar hasta el día lunes siguiente. Ese lunes liberaron a ambos sin devolverles las motocicletas, previo a obligarlos a firmar distintos documentos, entre ellos un boleto de compra-venta por dichos vehículos, además de sustraer pertenencias.
Durante todo ese tiempo, en el domicilio se encontraba Rocío con su hijo de un año, los cuales quedaron privados de su libertad en el inmueble. En ese contexto, los acusados, y por lo menos otras dos personas, causaron el fallecimiento de la víctima, ejerciendo violencia. El cuerpo fue hallado el 13 de agosto de 2011, en un predio ubicado en Martín Fierro al 600 de Rosario.
Juan Lazo había sido condenado en agosto de 2014 a la pena de 15 años de prisión efectiva por los delitos de Privación ilegitima de la libertad doblemente agravada por el uso de violencia, amenazas y/o venganza y por el uso de arma de fuego – dos hechos-, Robo calificado por el uso de arma de fuego con aptitud para el disparo -un hecho-, lesiones,-un hecho homicidio simple-un hecho-, y como autor penalmente responsable del delito de Tenencia de arma de fuego de guerra un hecho- en concurso real.
Por su parte, Jonatan Vargas fue condenado en el año 2012 a la pena de 7 años y 6 meses de prisión efectiva por los delitos Privación ilegal de la libertad doblemente agravada por el uso de violencia, amenaza y/o venganza (dos hechos), robo calificado por el uso de arma de fuego con aptitud para el disparo y lesiones.