Esteban Lindor Alvarado (42) es considerado uno de los principales narcotraficantes de Rosario y desde este lunes afrontará un juicio por crímenes y delitos ligados a esa actividad. Alvarado es además el principal rival de la banda narcocriminal de “Los Monos” y el año pasado, los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery, presentaron un pedido de prisión perpetua para el hombre y una multa de algo más de 758 millones de pesos.
Los investigadores lo consideran el jefe de una asociación ilícita que se reconvirtió y creció de manera notable con apoyo policial mientras estuvo preso en la provincia de Buenos Aires.
Hasta 2012, Alvarado fue la cabeza de la banda de “Los Rosarinos”, una organización que se dedicaba al robo y desguace de autos, así como la venta de las piezas sustraídas. El líder fue detenido ese año en el marco de una causa que se tramitó en San Isidro.
A fines de 2013, Medina fue ejecutado a balazos junto a su novia en la zona sur de Rosario y la principal hipótesis es que su socio planeó el asesinato desde prisión.
En el marco de las diferentes causas que involucran al sospechoso, seis policías ya acordaron condenas como colaboradores del capo narco. Entre ellos se cuentan algunos jefes de áreas dedicadas a combatir delitos complejos. Esto no sólo le permitió desviar investigaciones que podían incriminarlo.
También sembró la sospecha de que esos y otros cómplices en la fuerza alimentaron la primera megacausa en la que dictaron sentencia contra “Los Monos”, sus principales rivales en Rosario.
El juicio no contará con la presencia del principal acusado ni del resto de los que están bajo prisión preventiva. Todos participarán por videoconferencia, pero eso no alivia la preocupación por los antecedentes del proceso.
Desde que el narco cayó preso, en Rosario hubo varios crímenes ligados a la causa. El más resonante fue el de Carlos Argüelles (46), un mecánico que formaba parte de la banda de Alvarado, pero se ofreció a la Fiscalía como imputado colaborador.
El testigo de identidad reservada fue asesinado a balazos frente a su familia el pasado 7 de septiembre en el taller donde trabajaba. Para entonces ya había adelantado su declaración debido al temor de que atentaran contra su vida.
