La Justicia de Familia de San Lorenzo hizo lugar al pedido de una joven y le cambió el apellido de su padre por el de su mamá. Inició con el patrocinio del abogado Juan Pablo Bisonni la acción de supresión del apellido paterno porque el progenitor había abusado sexualmente de ella.
Relató que a la edad de 13 años su padre comenzó con hechos de abusos sexual hacia su persona y luego de contarle tal situación a su madre se radicó la denuncia ante Ministerio Púbico de la Acusación.
Agregó la joven que que el apellido de su padre se encuentra ligado absolutamente a ese hecho delictivo del cual es víctima, desde hace cinco años, de sufrimientos y pesares, no ha tenido más contacto con esa persona y desea profundamente no hacerlo. Señaló que cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, para pedir la supresión del apellido paterno y en su lugar llevar el apellido materno, ya que el paterno le provoca un agravio espiritual y afecta su desenvolvimiento en el ámbito social académico, terminó sus estudios secundarios e ingresó a una de las facultades de la Universidad Nacional de Rosario.
El juez de Familia, Marcelo Escola, destacó que “el derecho a la identidad configura a su vez un derecho de la personalidad, que es innato y para toda la vida, en su faz estática lo adquirimos desde el nacimiento y se relaciona a nuestra maternidad, paternidad, ser hijo de tal o cual persona, lo que nos da una posición familiar, social y genera una determinada identificación, (nombre, datos de identificación, filiación, nacionalidad, etcétera), pero por otro lado, hay una faz que llamamos dinámica, variable en el tiempo, por lo que nuestra identidad y por ende, nuestra personalidad, van cambiando por distintas circunstancias, por hechos que se suceden en el transcurso de la vida, que generan la necesidad de cambiar y ser representados en la vida de relación, cualquiera fuere, con la identidad y personalidad que forjamos”.
Agregó que “de manera real y concreta, su identidad-personalidad, se ha visto modificada y alterada de una forma extrema, violenta, arrasadora, a tal punto, que estoy convencido, no resiste el menor análisis, el hecho que no pueda, ni quiera, ni sienta, identificarse con quien se transformó de progenitor, en su abusador permanente y sistemático, durante parte de su vida”.
Puntualizó el magistrado que “todas y cada una de las vivencias personales, estuvieron impregnadas de menosprecio, humillación y violencia, ocasionadas por quién, justamente, debía brindarle, por el contrario, cuidado, protección y contención, sumiéndola en el peor de los mundos, imposible de imaginar y que repugna a la calidad de ser humano”.
Afirmó que “si por justos motivos, tal sostiene nuestra legislación de fondo para el cambio de apellido, debemos entender, razones suficientes o necesarias, en este caso, que afecten la personalidad, el horror a la que fue sometida la peticionante, cada día, durante años, el poder transitar la denuncia de tales aberraciones y el juicio posterior, como asimismo los demás días a transcurrir, con sus lamentables consecuencias, me relevan de tener que dar otra explicación o hacer interpretación alguna, más allá de sus propias palabras, con las que entiendo sobradamente acreditada la petición origen de estas actuaciones”. Recientemente el hombre fue condenado a prisión por abusar de su hija.