Expertos advierten que la bajante del río Paraná en enero es “anómala” y más grave que la del 2020 y 2019. “Esta bajante, en extensión temporal, está remedando a la más prolongada desde que hay registros, que fue la de 1944 y que duró tres años y medio. La actual comenzó en agosto de 2019 y vamos probablemente a tener un primer semestre de 2022 deficitario en cuanto a agua”, detalló el geólogo Carlos Ramonell (UNL) en una entrevista con el medio Aires de Santa Fe.
Luego agregó que “el máximo normal que el Paraná tiene en su tramo medio e inferior, que ocurre entre febrero y marzo, seguramente va a estar muy disminuido y más cerca de los niveles de 2020 que de 2021. En estos dos últimos años hubo un repunte estacional con máximos en febrero en el Paraná medio, pero en 2020 estuvo entre 20 y 70 centímetros por debajo de los niveles que tuvimos en febrero de 2021”.
“Esto es inédito: recordemos que, en el período seco de mediados del siglo XX, desde 1930 hasta 1970, todavía no estaban construidas las grandes presas que regulan los caudales del río. Una vez construidas las presas -en los ’70- coincidió con una época húmeda. Por primera vez están las presas enfrentando una situación de bajante que entra en su tercer año, porque empezó en agosto de 2019, y están disminuyendo los niveles mínimos por la retención de caudal”, prosiguió.
“Los valores tan bajos que tenemos en la parte argentina del Paraná para este mes de enero no tienen que ver con los valores también bajos que tuvimos en enero de 2020 y en enero de 2021, porque son más bajos inclusive. Son realmente una verdadera anomalía considerando que, en la vastísima red de cauces secundarios del sistema, solamente tiene agua entre el 10 y el 20 por ciento. El sistema está desconectado”, concluyó.