La Aduana y la Dirección General Impositiva (DGI) detectaron unas 15 empresas cerealeras truchas con 51 millones de dólares en exportaciones, cuyo plazo de liquidación estaba vencido, de los cuales sólo ingresaron al país 3 millones. Por lo que el 94% de lo exportado no fue ingresado al Banco Central.
El resultado de la investigación fue posible tras analizar los movimientos de ventas de más de 100 compañías en 2020/2021. Fue allí que detectaron nuevos agentes que comercializaron maíz partido, soja desactivada y aceites-mezcla, con incrementos exponenciales de los valores exportados. A lo que llamó la atención la relación desproporcionada entre las exportaciones y la capacidad económica y financiera de las firmas, que mostraban diversos puntos en común.
Todas las empresas evidencian un patrón financiero similar, registrando un incremento exponencial en sus volúmenes de exportación en muy poco tiempo.
En todos los casos las gestiones aduaneras recaían en un solo estudio de despachantes. En tanto, un porcentaje elevado de las destinaciones fueron registradas ante la misma aduana, Campana, repitiendo el circuito de exportación en casi todos los casos. Tras el análisis de la AFIP-DGI, descubrieron que muchas de las empresas analizadas se encuentran incluidas en la Base de Firmas Apócrifas (base APOC), bajo la calificación de usinas de créditos sin solvencia.
Ante la denuncia presentada, se ordenaron más de ochenta allanamientos en simultáneo en todo el país, en los que se secuestraron celulares, PCs, discos rígidos, documentación y dos armas de fuego (una sin su pertinente documentación).