La Gendarmería Nacional realizó este lunes un operativo por presunto lavado de dinero en una inmobiliaria ubicada en pleno centro de Rosario. El procedimiento, solicitado por fiscales federales, tuvo lugar en la oficina de Squadra Propiedades, situada sobre bulevar Oroño al 100 bis. Al mismo tiempo, se desarrollaron allanamientos en dos cárceles de Buenos Aires, vinculados a la misma investigación.
El procedimiento fue llevado a cabo por personal especializado en delitos económicos de la Gendarmería, respondiendo a la orden de los fiscales Juan Argibay, representante de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), y Franco Benetti, integrante de la Oficina de Narcocriminalidad que investiga casos complejos en Rosario.
Esta causa está directamente relacionada con otra investigación federal previa sobre narcotráfico, motivo por el cual también se efectuaron registros en las cárceles de Devoto y Marcos Paz, además de otro procedimiento en la provincia de Santa Fe.
Squadra Propiedades ganó notoriedad mediática en mayo del año pasado, cuando su titular, Melisa Cecilia Montes, aceptó una suspensión de juicio a prueba tras ser acusada de colaborar en maniobras de lavado vinculadas a Mario Roberto Segovia, popularmente conocido como el “Rey de la efedrina”. Esas operaciones habrían ocurrido entre junio de 2006 y abril de 2007.
En la investigación original, la Justicia Federal señaló a Montes y a otras tres personas por “manejar fondos provenientes de actividades ilícitas relacionadas con el narcotráfico de Segovia, para así brindarles apariencia de legitimidad”.
Durante las indagatorias de 2016, se detalló que Montes participó activamente en diversas transferencias de dinero desde Argentina y México mediante la empresa Western Union. Estas operaciones, consideradas sospechosas por la compañía financiera, totalizaron casi tres millones de pesos entre mediados de 2006 y principios de 2007.
En esa época, Montes era empleada de CTI (actual Claro). Su colega Pablo Rodríguez, también imputado, declaró ante la Justicia haber conocido a Segovia en una peluquería céntrica. Según Rodríguez, Segovia se hacía llamar “Nicolás” y les ofreció participar cobrando giros monetarios, asegurándoles que la actividad era completamente legal. Posteriormente, Segovia se quedaba con gran parte del dinero y entregaba un porcentaje a ambos empleados por su colaboración.
La probation acordada por Montes implicó realizar tareas comunitarias en Cáritas durante tres horas semanales a lo largo de un año. Además, la empresaria debió abonar 150 mil pesos como multa y otros 80 mil pesos destinados a la Sedronar como reparación del daño ocasionado.