El partido de este viernes por la noche, donde Central cayó 1 a 0 con Gimnasia en el Gigante, quedará marcado a fuego en la nueva historia de Carlos Tevez en el fútbol, ya que se trató del inicio de su carrera como entrenador. El Apache vivió el partido como vive su vida, con mucha humildad, pero hablando cuando el momento lo requirió.
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Su ingreso a la cancha casi pasó inadvertido de no ser por la juventud que le reconoció su trayectoria como jugador de la Selección Argentina y de clubes importantes de Europa. Sin gestos grandilocuentes, el flamante DT canalla agredió el recibimiento y se fue al corralito donde estuvo durante los 90 minutos de juego.
Por momentos, la figura del jugador del pueblo parecía impoluta. No obstante, se tomaba sus licencias para dar indicaciones al lateral izquierdo Lautaro Blanco, quien tuvo un buen partido.
A la hora de protestas contra los árbitros, una actividad frecuente en los técnicos del fútbol argentino, el DT prefirió no enfocar sus energías en reproches.
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“Me gustó mucho la actitud del equipo. Pensé que a los 70 minutos se me iban a caer por la exigencia de la semana pero aguantaron bien y estoy orgulloso de mis jugadores”, confesó Tevez tras el encuentro que finalizaría 1 a 0 a favor de la visita.
Tampoco escapó a una máxima de los DTs cuando sus equipos pierden: “El único culpable de la derrota soy yo y siempre me haré responsable cuando eso suceda”, acotó.
Si hubo un momento tenso en la jornada de anoche fue sobre el final de la conferencia de prensa, cuando pidió no hablar más del tema Retegui: “Muchachos, yo soy la cabeza del grupo. Los demás no importan. El Chapa, mi hermano o cualquiera, el responsable es Carlos Tevez, déjense de romper las bolas”.