El Gobierno se lanzó a la caza desesperada de la mayor cantidad de dólares que le sea posible y, a cuenta gotas, comenzó a mostrar algunas de sus ideas. Este jueves anunció el dólar diferencial que se les habilitará a los turistas que quieran cambiar sus divisas en el país a modo de supuesto incentivo, y también se avanzará hacia un desdoblamiento del dólar para el campo.
En este caso, para los productores sí habría una motivación importante para comenzar a liquidar la soja que hoy retienen. Se pondría en marcha algo así como un “dólar agroexportador“, que se ubicaría entre un 30% y un 40% por encima del oficial.
Lo que también resta definir es por cuánto tiempo estará vigente esa posibilidad, ya que algunos funcionarios sostienen que lo ideal sería que fuera solo hasta los primeros días de la segunda quincena de agosto, cuando los productores deberán comenzar a liquidar soja casi de forma obligada para hacerse de fondos que les permitan comprar insumos.
De esta forma, la ministra de Economía, Silvina Batakis, pretende captar los cerca de u$s 23.000 millones que hoy están inmovilizados.
Así, quedaría descartada, al menos en esta oportunidad, la opción que ya había mostrado algún avance y que había sido impulsada por la industria, y que suponía la puesta en marcha de un bono fiscal a cambio de exportaciones, ya que se quiere evitar un menor ingreso a las arcas oficiales.
Por esto mismo nunca estuvo entre los planes oficiales la posibilidad de que se reduzcan las retenciones, que también hubieran implicado dejar de lado ingresos al Estado.
El objetivo más urgente del Gobierno pasa por cubrir las necesidades actuales en cuanto al ingreso de dólares. Por esto, lo que se trabaja hoy tiene que ver con esta situación específicamente, y no con algo con visión hacia adelante.
La problemática que se da respecto del recorte de las exportaciones de soja tiene que ver con que hoy reciben por sus ventas al exterior el equivalente al dólar oficial, a lo que se le debe restar lo que percibe el Estado en concepto de retenciones.
Luego, los productores deben comprar insumos para la campaña siguiente, que hoy manejan valores que van entre el dólar CCL y el blue, es decir una diferencia cada vez más importante. Lo que se quiere lograr ahora es, justamente, achicar esa brecha, de modo de tentar a los productores a comenzar a liquidar la soja.
De acuerdo con las estimaciones oficiales, este año el campo en conjunto aportará ingresos por exportaciones que rondarán los u$s 53.800 millones.
Según estudios privados -previos a la implementación del “dólar agroexportador”, en cambio, esa cifra podría caer ya que se esperaba que el negocio de los granos aportara u$s 41.000 millones, aunque luego la estimación cayó hasta los u$s 33.000 millones.
Para el Gobierno esto es clave debido a que hasta fines de septiembre la Argentina debe hacer frente a vencimientos por más de u$s 4900 millones con el Fondo Monetario Internacional (FMI)