Muchas personas se enojan en los negocios de barrio por las personas que se quedan charlando con la persona que cobra en los negocios y por eso prefieren realizar las compras en grandes supermercados donde la atención es más ágil.
Sin embargo en los Países Bajos, tomaron nota que en la mayoría de estas charlas, participan adultos mayores, quienes quizás solamente tengan esa interacción con otra persona durante esa jornada. Cuando se llega a la mayoría de edad, en gran cantidad de ocasones, una persona se encuentra en soledad en su hogar ante el crecmiento e independencia de los hijos y el falleccmiento del cónyugue. En algunos casos las actividades sociales o los encuentros con amigos o familiares son nulos o esporádicos lo que genera en síntomas fuertes de angustia y soledad.
Justamente eso es lo que notaron en Países Bajos a propósito de esta práctica común en todo el mundo de charlar con la persona que vende o cobra en un local comercial. Ante este diagnóstico, nacieron las Kletskassa, que en la traducción literal significaría “cajas para hablar”.
Las Kletskassa permiten entonces que empleados del supermercado en cuestión abran el espacio de dialogo todo el tiempo que sea necesario, dejando para las otras posiciones los cobros acostumbrados con mayor velocidad. De esta manera con esta simple disposición se trata de sumar un granito de arena a los síntomas de soledad y depresión que suelen sufrir adultos mayores que se encuentran viviendo solos y muchas veces sin contacto con otras personas durante grandes lapsos de tiempo.