Este miércoles la Justicia provincial condenó a tres de los cuatro acusados por la muerte de Carlos “Bocacha” Orellano, ocurrida en febrero de 2020 en el boliche Señor Ming. La familia del joven se retiró con bronca e impotencia al conocer que el falló otorgó bajas condenas tras ser considerado un homicidio preterintencional.
Por unanimidad, los jueces Mariano Aliau, Aldo Bilbao Benítez y José Luis Suárez resolvieron que el policía Gabriel Julio Nicolossi reciba la pena de 12 años de prisión, la policía Karina Gómez 9, y el patovica Emiliano López 6. En cuanto al empleado de seguridad privada, Claudio Fabián Maidana, se dispuso que quede absuelto.
Además, Gómez y Nicoloss fueron absueltos en la acusación de incumplimiento de deberes de funcionario público. Gómez, que estaba bajo arresto domiciliario, continuará en esa condición con una tobillera electrónica.
El fiscal Patricio Saldutti había solicitado la pena de 17 años de prisión para los empleados de seguridad del boliche, y 19 años para los policías. La diferencia de la pena -según los alegatos- estuvo fundada en que los agentes además de los golpes al muchacho incumplieron en sus deberes al no avisar a Fiscalía de la caída al agua de “Bocacha” y por haber recién realizado una comunicación con Prefectura media hora después del hecho, haciendo así ineficaz la búsqueda del joven.
En tanto, la querella había pedido 20 años para López y Nicolossi, y 23 para los patovicas.
La palabra de Saldutti, el fiscal del caso: