El Centro para el Estudio y Defensa de las Aves Silvestres (Ceydas) presentó una denuncia judicial contra un grupo de cazadores estadounidenses en San Javier, Santa Fe, por la matanza de patos de collar y cuturíes, especies nativas y protegidas por la ley argentina. Todo sucedió en uno de los cotos de caza que administra la firma MGW Outfitters, cuyo sitio web publica animales ilegales para cazar.
La caza de estas aves está prohibida en Santa Fe, y el Ceydas exigió sanciones ejemplares para los responsables, quienes publicaron fotos de las aves muertas en sus redes sociales, mostrando una total falta de respeto por la normativa.
La temporada de caza de patos en Santa Fe está regulada por la resolución 129/2024, basada en la ley Nº 4.830 de 1958, que ajusta anualmente las condiciones de la actividad. Según esta resolución, la caza deportiva de patos está permitida del 1º de mayo al 31 de julio, abarcando solo tres especies: sirirí, sirirí pampa y crestón. Cada cazador autorizado puede abatir hasta seis patos por especie, sin exceder un total de 12 ejemplares.
La persistente problemática de la caza furtiva
Recientemente, en Formosa, cazadores furtivos mataron y desmembraron a uno de los cinco yaguaretés monitoreados en la provincia, especie en peligro de extinción. Este crimen, ocurrido cerca de Estanislao del Campo, a 250 kilómetros de la capital formoseña, provocó una ola de indignación nacional. Los cazadores publicaron fotos del yaguareté asesinado en redes sociales.
En otro incidente en Santa Fe, un operador cinegético y dos franceses fueron detenidos en Golondrinas, departamento General Obligado, por transportar casi un centenar de patos y equipos de caza prohibidos. Además, en enero de este año, Gendarmería decomisó 99 patos crestones durante un control vehicular cerca de Los Amores, donde cuatro personas fueron detenidas con esa cantidad de aves en la caja trasera de una camioneta, a pesar de que la temporada de caza no estaba abierta.
En agosto del año pasado, organizaciones defensoras de la fauna denunciaron que una empresa ofrecía viajes de caza de patos autóctonos en el Delta del Paraná a turistas, lo que llevó a la Justicia a anular una resolución en Entre Ríos que permitía la caza de cinco tipos de estas aves.