Luego de una seguidilla de crímenes en Rosario que derivó este domingo por la noche en un cacerolazo en reclamo de paz, el ministro de Seguridad, Pablo Cococcioni reiteró que el gobierno provincial no cambiará su política carcelaria, pese a las amenazas. “Venimos de un período de varios años donde se permitió que los detenidos hicieran lo que querían y eso se terminó”, aseveró.
“Santa Fe tiene que mantenerse firme para evitar que los delincuentes vuelvan a dominar la cárcel”, reafirmó el ministro temprano esta mañana en conferencia de prensa desde la sede de gobierno de Dorrego y Santa Fe, a la espera de la llegada de su par nacional, Patricia Bullrich y del ministro de Defensa, Luis Petri.
Dijo que hay tres detenidos por el crimen del playero Bruno Bussanich y que hay un equipo especial de cinco fiscales abocados al esclarecimiento de estos episodios de conmoción pública. En rigor, hay tres aprehendidos, uno solo por presunto encubrimiento y dos demorados por averiguación de antecedentes.
“La provincia de Santa Fe va a poner todo lo que tenga que poner para restituir la paz social en colaboracion con las fuerzas federales –prometió– Hay que aplicar la Ley estrictamente”.
La rueda de prensa fue convocada luego de un domingo convulsionado por la muerte del colectivero baleado la semana pasada y la del playero atacado en la estación de servicio de Mendoza al 7600 el sábado por la noche. Los dos últimos crímenes derivaron en un cacerolazo por la noche y hasta el arzobispo Eduardo Martin convocó a una misa por la pacificación de la ciudad a la tardecita.
Además, los últimos hechos provocaron la reacción de distintos sindicatos y organizaciones que suspendieron o modificaron sus actividades. Así, este lunes no había clases en las escuelas públicas y en varias privadas; tampoco habrá atención en los centros de salud, ni colectivos ni taxis ni recolección de residuos. Tal es el terror que invadió a los rosarinos.