A casi tres años del crimen, este lunes comienza el juicio a los ocho jóvenes, conocidos como “rugbiers”, acusados de asesinar a golpes a Fernando Báez Sosa a la salida de un boliche de la ciudad balnearia de Villa Gesell en enero de 2020.
El proceso se llevará a cabo en la Ciudad de Dolores en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 a cargo de los magistrados María Clauda Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari.
Se prevé que finalice el 31 de enero, aunque existe la posibilidad de que supere ese límite por la gran cantidad de testigos citados en la causa, que alcanzan las 130 personas.
Ocho imputados y dos absueltos
Máximo Pablo Thomsen; Ciro Pertossi; Enzo Comelli; Matías Franco Benicelli; Blas Cinalli; Ayrton Michael Viollaz; Lucas Fidel Pertossi y Luciano Pertossi están imputados del delito de “homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”, y también por “lesiones leves” sufridas por amigos de Fernando que estaban junto a él la madrugada del crimen.
Los padres de la víctima ya se encuentran en los tribunales de Dolores para el comienzo del juicio. A las 9 de la mañana, Graciela Sosa y Silvino Báez, padres de Fernando Báez Sosa, ingresaron a las cercanías de Dolores y brindaron declaraciones para los medios presentes.
Graciela Sosa explicó las sensaciones en la previa del juicio: “Nuestra vida es un calvario. El vivir y no estar con Fer ya no es vida. Tratamos de ser fuertes para estar en este momento que esperamos casi tres años del asesinato de Fernando”.
“Me gustaría saber por qué lo hicieron. Sólo se que mi corazón está destrozado. Es como una herida sangrante que no tiene cura. Ojalá pudiera calmar este dolor tan grande que tengo”, agregó.
Ante la pregunta sobre un posible pedido de disculpas por parte de los presuntos asesinos, la madre sentenció: “No creo que lo hagan. Son tan cobardes. Tampoco necesito que me lo pidan”.
Ambos fueron tajantes a la hora de señalar las expectativas de una posible condena: “Queremos cadena perpetua y que cumplan como se debe. No que dentro de un año que tengan buena conducta y les den prioridades. Basta de privilegios. Mi hijo necesita justicia para que pueda descansar y que nosotros también podamos tener un poco de paz en nuestra alma, en nuestro corazón. Estamos devastados, cansados de tanta tristeza que invade nuestro corazón”.
Silvino Báez, padre de la víctima, se unió a las declaraciones de su esposa frente a los medios que esperaban en Dolores: “Esta semana fue muy dura. Estuvimos pensando en este momento todos los días, pero tenemos la fe puesta en Dios de que todo va a salir bien”.
“Sentimos el respaldo de la sociedad. Todos los días nos hacen sentir que están ahí siempre. En ese sentido estamos muy conformes con la gente”.