El Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) presentado por el presidente Javier Milei entró en vigencia a partir del 30 de diciembre. El documento de 366 artículos apunta a reformas estructurales en materia económica, social y política. A su vez, la Corte Suprema le dio dos meses (enero y febrero) a la política para que resuelva la legalidad o no del DNU en términos legislativos. Mientras tanto, las leyes sujetas a modificaciones, quedaron derogadas, entre ellas la Ley de Alquileres.
“Ahora rigen los principios en los contratos particulares que rigen en cualquier economía, que es el principio de que las partes se dictan sus propias normas. Entonces, alguien que alquile desde hoy y hasta nuevo aviso, entra en una cuestión temporal de que es imposible predecir lo que va a pasar. En cuestión de tiempo, moneda, modalidad, plazo, garantías, comodidades y penalidades, hay una libertad absoluta”, explicó el economista Carlos Burgueño.
El especialista argumentó que “en una suposición basada en Capital Federal, todo volvería a ser, por lo menos en los primeros tiempos, como la Ley de Alquileres que regía en 2018. Sería un período de dos años con una garantía, o una garantía que puede ser dinero también. En cada lugar puede ser diferente. Otra alternativa puede ser que, por trimestre o por mes, se indexe por inflación. También está la posibilidad de usar el índice de la construcción que suele seguir o superar la inflación”, agregó.
Además, admitió que “creo que todo va a ir a una estandarización, las inmobiliarias se van a ir poniendo de acuerdo entre ellas, quizá empiece a haber algo más de oferta porque si el valor se ajusta sobre situaciones más realistas de la economía, más gente puede llegar a animarse a poner inmuebles en alquiler. También puede ser que empiecen a alquilarse más comercios o plantas industriales porque podés hacer alquileres con plazos más extensos”.
“Supongo que las inmobiliarias serán las que empiecen a ordenar esta complejidad enorme que se dará de ahora en adelante, que es cómo se alquila en la República Argentina. Yo le consulté al Gobierno sobre este punto y la verdad es que hay una confianza plena en que va a ser el mercado el que va a discutir y se va a ordenar. Hay que destacar también que “los contratos ya firmados no se alteran, así como tampoco el contrato de alquiler que se firme en estos plazos”, sumó y concluyó el economista.