Corría el mes de septiembre de 2021, cuando este medio publicaba en su portada el resultado de un mega operativo organizado por las fuerzas federales de seguridad, dando cuenta de la detención de una supuesta banda dedicada al tráfico de estupefacientes.
Sin embargo, pasados ya muchos meses, la causa ha tomado otros ribetes, toda vez que la hipótesis del narcotráfico ha sido desvirtuada. Efectivamente, no se ha podido vincular a ninguno de los detenidos con delitos emparentados a la venta de narcóticos y todo habría quedado reducido a infracciones de carácter impositivo.
La semana pasada, el Juez interviniente dispuso la libertad de una de las cuatro personas que continuaban detenidas. Se trata de Matías Matarochi, un conocido empresario del transporte, quien recuperó la libertad luego de casi dos años.
Al respecto, conversamos con el Dr. Javier Rabadé, uno de los abogados que compone el equipo que defiende a Matarochi, quien consultado sobre el particular, detalló: “Efectivamente, Matías fue puesto en libertad a requerimiento de la defensa, luego de muchos intentos que fueron rechazados, en particular, debido a la postura contraria de la fiscalía. Es más, en esta oportunidad también se opuso, pero afortunadamente el Juez hizo una lectura correcta de las constancias de la causa”.
-¿Cuál fue el motivo por el cual el Juez le otorgó la libertad?
“Matarochi es una persona sin antecedentes, que trabaja de sol a sol en su empresa de transporte, vive con su familia en la misma casa hace décadas, la que construyó arriba de la de sus suegros. Siempre estuvo a derecho y en todo momento explicó una por una las operaciones que le imputaban como delictuales. El problema es que la figura del transportista, lo convierte en sospechoso de todas las operaciones que pudieran darse en el marco de un flete. Es decir, Matarochi la mayoría de las veces no es dueño del camión, ni del remolque, ni mucho menos de la carga que transporta. E incluso, puede cargar para un camionero que ni conoce. Pero -seguramente por el desconocimiento de la actividad por parte de la fiscalía- le endilgan el carácter de socio o miembro de una banda, o sea, por poco dicen que es socio de las miles de personas que han realizado un transporte a través de su empresa”.
-¿Cuál es entonces el vínculo de su cliente con el resto de los imputados?
“Ninguno. Ha hecho alguna operación aislada con algunos de ellos, pero la actividad principal de éstos -puntualmente, la actividad textil- nada tiene que ver con la de mi cliente. Matarochi no debiera haber pasado un solo día en la cárcel, pero la fiscalía insistía -y todavía insiste- en una hipótesis que carece de todo asidero: Mi cliente no es un narcotraficante, ni lava dinero, ni es miembro de ninguna banda. En tantos años de investigación, no apareció un gramo de droga y Matarochi tiene todos sus bienes perfectamente justificados a raíz de su actividad; que es completamente lícita. De igual manera, se lo sindicaba como desapegado a la ley, pese a carecer de antecedentes y las causas menores que tenía abiertas, se han cerrado confirmándose su inocencia. Además, es impensable que pretenda profugarse”.
-¿Qué espera para el futuro de la causa?
“Bueno, en lo inmediato, debemos defender en Cámara los argumentos del recurso que interpusiera la fiscalía respecto de la excarcelación, que confío no van a prosperar. Asimismo, nos encontramos abocados a demostrar la absoluta inocencia de Matarochi, que todo indica será en la etapa de juicio. Pero mi cliente, pese al largo tiempo que pasó detenido, confía en que los jueces serán capaces de discernir la realidad. Está contento por recuperar la libertad, pero sabe que es solo una batalla. Su guerra definitiva pasa por demostrar que es inocente, que es una persona de bien, un laburante. Sobre todo por su familia, que tanto ha sufrido este tiempo”.