Bajo el lema “Amor para todos, odio para nadie”, cientos de personas se concentran este martes frente al boliche Le Brique, en Villa Gesell, a dos años del crimen de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado a golpes por un grupo de rugbiers.
El punto de convocatoria es en el local nocturno donde comenzó la agresión contra el joven de 18 años que falleció el 18 de enero de 2020.
Encabezaron la ceremonia interreligiosa sus padres, Silvino y Graciela. Llegaron pasadas las 19.05 y fueron recibidos con un aplauso cerrado de los asistentes. Escucharon palabras en recuerdo de su hijo. Representantes de cinco religiones (católica apostólica, anglicana, judaísmo, musulmana y mormona) ofrecen breves discursos.
Tras su arribo, Silvino y Graciela se abrazaron con el abogado Fernando Burlando, en medio de un cerrado aplauso de los casi 500 participantes de la convocatoria.
Luego, hablaron los padres de Fernando. Silvino y Graciela se encuentran en Villa Gesell por primera vez desde el asesinato de su hijo. Este martes los acompañan más de 400 personas, entre vecinos, amigos y familiares de otras víctimas de delitos.
“Desde el primer momento que llegamos acá, el lunes a la mañana, para mí es venir a un lugar… es como venir a buscar a Fernando. La otra vez vinimos y llevamos a Fernando, pero en un ataúd”, aseguró Silvino.
También se manifestó Graciela. “No hay día que deje de llorarlo. Lo mataron de una manera tan cruel. Estar en este lugar donde estuvo en vida por última vez es muy fuerte para mí”, dijo la madre del joven, conmocionada.
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