Se trata del escribano Eduardo Torres y el gestor Juan Roberto Aymo. Los jueces del Colegio de Cámara de Apelaciones en lo Penal, Daniel Acosta, Carina Luratti y Gustavo Salvador, condenaron a Aymo a 2 años y 4 meses de ejecución condicional y a Torres a 2 años y 10 meses de prisión también en forma condicional.
El abogado patrocinante de la querella es el doctor Ramiro Cattáneo. A Aymo lo imputaron vender un inmueble sito en Castellanos 1100 munido de un poder especial de venta otorgado por Torres con la firma falsa de los propietarios que se encontraban viviendo en España.
También se le atribuyó haber participado en la maniobra fraudulenta junto a su pareja y Torres mediante la cual despojaron de un inmueble situado en Pasco al 1000 a sus legítimos dueños que también residen en el extranjero.
Mientras tanto, Torres confeccionó un protocolo a los fines de certificar firmas insertas en un boleto de compraventa de una propiedad sita en boulevard Seguí al 1600 y se detectó en tribunales que era de dudosa originalidad y tenía anomalías.
Otra maniobra estafatoria fue despojar de una propiedad de calle Martín Fierro al 800 mediante la firma falsificada de los dueños.
Por otra parte, les aplicaron reglas de conductas deben fijar residencia en Rosario, no pueden ausentarse sin poner en conocimiento a la unidad de control de penas, someterse al cuidado de la Dirección de Control y Asistencia Post Penitenciaria y abstenerse de consumir estupefacientes y abusar de bebidas alcohólicas.