Más de 4.200 familias en Argentina se encuentran en una situación desesperante debido a la suspensión de desembolsos de los créditos Procrear, otorgados originalmente para facilitar la construcción de viviendas. Con el cambio de gobierno, estos beneficiarios se vieron obligados a hipotecar sus propiedades, quedando atrapados en una red de deudas y sin la posibilidad de acceder a nuevos créditos.
“Somos un grupo de adjudicados Procrear 2022, a quienes se les otorgó un anticipo del 30% (3 millones de pesos) en octubre de 2023. Un año y medio después, con el cambio de gobierno, nos obligaron a hipotecar lo construido y los terrenos, con la promesa de que quien no lo hiciera no recibiría el resto del dinero”, explica Analía Rodríguez, una de las damnificadas. “La gran mayoría cumplimos con los requisitos y hasta hoy no hay respuestas claras por parte del banco ni del ministerio. Estamos hipotecados, lo que nos inhabilita para sacar otros créditos. No sabemos si las cuotas se respetarán según el plan Procrear o si el nuevo gobierno impondrá otras condiciones. Lo cierto es que en octubre debemos comenzar a pagar cuotas por una vivienda que no se terminó, ya que el dinero prometido no fue entregado”.
Rodríguez añade que fueron beneficiarios del sorteo de junio de 2021, y que recibieron el primer anticipo en octubre de 2023. “Empezamos la obra con ese dinero en diciembre de 2023, pero con la situación económica del país y los precios disparados, nos quedamos cortos. El banco hipotecario, intermediario de los créditos, nos pidió hipotecar la casa para poder seguir con los desembolsos. Esto implicó una suma de dinero que nadie tenía, lo que nos obligó a endeudarnos y buscar dinero para poder hipotecar la casa. En febrero de 2024 nos habilitaron para cargar las fotos de los avances y nos prometieron los desembolsos en 48 horas. Estamos a casi agosto y no hemos recibido ninguna respuesta ni del banco ni del ministerio”.
Los afectados nunca supieron que la casa debía ser hipotecada, ya que esto no estaba en las bases y condiciones. “Nos desayunamos con esta obligación y nos forzaron a conseguir una gran suma de dinero en efectivo. Era una especie de amenaza: si no lo hacíamos, no podríamos continuar”, señala Rodríguez. “Hoy no solo no tenemos el dinero para continuar nuestras casas, sino que están en ruinas. Apenas llegamos a construir un 20% en el mejor de los casos, y algunos menos. La casa hipotecada nos impide acceder a otros créditos, como los créditos Nido lanzados por la provincia de Santa Fe”.
Ante la falta de respuestas, los damnificados recurrieron a la Defensoría del Pueblo, la Defensoría de la Nación y abogados, enviando cartas documento en busca de una solución. “Necesitamos que nos digan si no nos van a dar más el dinero, si levantarán la hipoteca, o cuándo nos entregarán el dinero prometido”, concluye Rodríguez. “A nivel nacional, somos más de 4.200 familias afectadas, y en Rosario, somos alrededor de 30 personas en la misma situación”.
La incertidumbre y la falta de comunicación efectiva generaron un estado de desesperación entre los beneficiarios de los créditos Procrear. Las promesas incumplidas y las obligaciones imprevistas dejaron a miles de familias argentinas en una situación financiera crítica, sin casa y con deudas que parecen no tener fin.