Según se informó, esta mole de cemento tendrá 60 pisos y superará los 200 metros (35 menos que el rascacielos más elevado del país ubicado en Puerto Madero). Si bien destacan que tendrá un gran espacio abierto que será de acceso público, también trascendió que contará con lujosos dúplex sobre la barranca a continuación de una exclusiva guardería náutica que impedirá el paso costero y el contacto directo con el río Paraná. Siguiendo una política de entrega del camino de sirga, la Municipalidad de Rosario nuevamente traspasa a privados los senderos costeros impidiendo el contacto de la población al espejo de agua. Un modelo similar al implementado también en Puerto Norte por Forum: un quincho privado, 4 muelles de viviendas particulares, el patio del salón de fiestas y su propia guardería naútica. Para los ciudadanos el río se ve, pero no se toca.
Si bien este ambicioso plan se destaca por ser algo más inclusivo que la ya existente “Ciudad Rivera”, la apertura del espacio público estará condicionada de poder construir en altura sin límites. Del predio de 1,7 hectáreas, poco más del 10% será utilizado para elevar la gran torre y el resto será un parque de libre acceso. Esa será la mayor diferencia con los actuales complejos de edificios que dejaron una ínfima parte para la población en general y que con el correr de los años se han transformado en un gueto de clase alta según destacados profesionales de la arquitectura.
Los desarrolladores del proyecto confían en que las trabas al master plan sean solo discursivas y que finalmente se pueda poner en marcha lo antes posible la obra. Inversores como Obring y Sancor Seguros apuestan a que gran parte de la ciudad se sume al entusiasmo empresarial, algo que han logrado de las máximas autoridades del Concejo Municipal y de la intendencia aunque también han recibido ciertos rechazos de ambientalistas y dirigentes políticos que dudan del impacto positivo que traería el rascacielos de viviendas, oficinas y locales comerciales.
Según versiones, habría una crítica letal al faraónico edificio que generó cautela en diversos ámbitos: hay un río subterráneo que estaría a tan solo 30 metros de donde se elevaría la torre y que provocaría una gran cantidad de vibraciones recurrentes que afectarían al apuntalamiento de la construcción. Algunos mencionan que lo más riesgoso estaría en el sector de cocheras soterradas en 4 niveles hacia abajo y muy cerca del nivel del agua. ¿Estarán previstos los pilotes necesarios para sostener 60 pisos a pocos pasos de un curso de agua que nadie ve?.
Un rumor que corrió con fuerza en los últimos días es que en realidad no existe ningún proyecto de ingeniería real de la megaobra y lo que se difundió con bombos y platillos en los medios de comunicación fue tan solo un render muy bonito para captar inversores, convencer a los concejales y obtener una autorización para salir a vender una construcción que comenzará, con suerte, dentro de 4 años. Lo que falta sabes es si la premura para obtener los permisos fue de la mano con los necesarios estudios de factibilidad técnica. No sea cosa que el río revuelto sea solo ganancia para los pescadores de siempre.
