Por la reiterada falta de inversiones y cumplimiento de las obligaciones contractuales y atravesada por conflictos laborales, la concesionaria de los muelles I y II del puerto de Rosario, la empresa TPR, fue corrida esta semana del directorio del Ente de Administración y Control (Enapro) y su lugar lo ocupará la concesionaria de los muelles VI y VII del puerto, la empresa Servicios Portuarios (Sepor).
En la última reunión del directorio del Enapro se decidió que Juan Manuel Ondarcuhu, el titular del grupo Servicios Portuarios (Sepor), que tiene la concesión de los muelles VI y VII del puerto de Rosario, ocupe el asiento en el directorio en representación de las empresas concesionarias. Carlos Bello, director de TPR y enviado por la firma al Enapro, buscó hasta último momento quedarse un período más, pero sus pares prefirieron que el ejecutivo no siga y que deje su lugar a Sepor.
La decisión del directorio -integrado por exportadores, importadores, productores, transportistas, proveedores de servicios, trabajadores, concesionarias, funcionarios provinciales y municipales- tiene alto impacto porque por primera vez desde la fundación del órgano de control, a mediados de los 90, ese asiento no lo ocupará la empresa concesionaria de los muelles I y II (que desde 2032 es TPR, firma que en la actualidad está enfrentada con el Enapro por la falta de cumplimiento de obligaciones contractuales, como inversiones en infraestructura).
En efecto, la mitad de los muelles que tiene TPR no pueden ser usados por riesgo de derrumbe ante la falta de obras de fondo y de mantenimiento. Pero mientras que la empresa quiere que más de la mitad del costo de la infraestructura necesaria la abone la Provincia y que el porcentaje que invierta la empresa sea compensado con varias décadas de extensión de la concesión (que termina en 2022), el Enapro puja para que el grueso de la millonaria inversión corra por cuenta de la empresa concesionaria, que además debe ponerse al día con las obligaciones contractuales.
El Enapro le notificó a TPR su decisión de correrla del directorio en la previa a la extensa reunión que mantuvieron las partes en conflicto en Buenos Aires. En un maratónico encuentro que fue presidido por la ministra de Trabajo de la Nación, Kelly Olmos, TPR y el gremio (Supa) no lograron un entendimiento y por eso el paro y los piquetes en el puerto siguen este miércoles y por tiempo indeterminado. La toma del puerto se inició el martes luego de que la firma solo pagara el 50% del sueldo de noviembre al 50% del personal.
En lo más caliente del encuentro de ayer, TPR llegó aceptar reabrir las paritarias para llevar el aumento salarial del 60% al 100%, como pide el sindicato, pero a condición de despedir 500 estibadores (casi la mitad de los que emplea), una rebaja en el canon que le paga a la Provincia y la extensión de 6 a 8 horas de trabajo sin mayor retribución, condiciones que ni el gremio ni el Enapro (que cobra el canon) aceptaron. Como las partes se pusieron firmes, el entendimiento no llegó.
El conflicto seguirá escalando en las próximas horas porque en el gobierno nacional quedaron muy desconformes con la actitud de TPR, a que le acusan de no querer invertir y que todo el financiamiento salga de las arcas públicas. Por eso en las próximas horas se iniciarán operativos de auditoría de Afip y Ansés que pueden complicar a la empresa ya que, según el Supa, estuvo haciendo descuentos a trabajadores sin tener un procedimiento preventivo de crisis homologado; lo que expone al directorio a denuncias penales.
Por su parte, al mediodía habrá una asamblea de estibadores de las que saldrá la decisión de incrementar las protestas (marchas) y hasta suena que pueda haber un paro nacional de estibadores a raíz del conflicto. Desde la empresa -que controlan Vicentin y los chilenos de Ultramar- se advirtió que la parálisis por la extensión de la huelga perjudicará el futuro del puerto porque las navieras toman distancia de los muelles conflictivos.