La modalidad del “cuento del tío” para concretar estafas no es nueva y los delincuentes se las rebuscan cada vez más para engañar a sus víctimas. Una jubilada que se encontraba sentada a los rayos del sol en un banco de la Plaza Pringles el viernes por la mañana, denunció haber sido víctima de un intento de entradera por medio de esta modalidad.
Según relató Carolina a VersiónRosario, víctima del intento de engaño, una mujer la interceptó el viernes cerca de las 11, en la mencionada plaza del Paseo del Siglo y le mostró un papel con una dirección. Al mismo tiempo, le pidió si podía ayudarla a llegar hasta ahí. La jubilada, que no reside en Rosario y estaba visitando familiares, le explicó que no vive en la ciudad y que desconocía dónde quedaba esa calle. La mujer, entonces, le dijo que tenía un billete ganador de lotería con un jugoso premio, precisamente más de 100 millones de pesos, y que su jefe se lo había querido sacar, que la maltrató y ella había logrado escapar.
Acto seguido, la estafadora le mostró un billete de Telekino y otro papel que decía: ‘Atendémela, es mi empleada. Dale 100 mil pesos y el resto nos lo repartimos. No sabe leer ni escribir’. Al rato, aparece otra mujer en la escena, quien venía caminando por la plaza y se acercó “de manera casual” para “dar una mano”. En realidad, se trataba de una cómplice.
Ambas estafadoras entablaron conversación, la mujer que llegó última se mostró conmovida y dispuesta a ayudar en la tarea de cobrar el billete. Sin embargo, intentó convencer a la jubilada de que necesitaban de su colaboración, por lo que la invitaron a acompañarlas a una agencia de lotería cercana para comprobar que realmente el billete tenía premio.
Ante la negación de la víctima, la mujer poseedora del presunto billete ganador, le dijo que no tenía el DNI encima, por lo que no iba a poder cobrar el premio. Por eso le pidió si le podía guardar el billete hasta el otro día, porque en la pensión en la que -aparentemente- se alojaba, se lo iban a robar. La condición era que ambas cómplices la acompañasen hasta la puerta de la casa, “para asegurarse de que el billete iba a estar seguro”.
Afortunadamente la jubilada se dio cuenta de que todo sonaba raro y se trataba de un engaño para llegar hasta su domicilio y así concretar una entradera. De esta manera, les explicó que se alojaba en un departamento junto a otras personas y que no podía colaborar con la misión. Rápidamente, las estafadoras desistieron de su plan y se despidieron de Carolina, seguramente a la búsqueda de una presa que sí caiga en el “cuento del tío”.
Un “truco” conocido que sigue sumando víctimas
La modalidad del presunto billete de lotería ganador y el patrón violento que envía a su empleada a cobrarlo no es nueva, y ya se registraron casos casi idénticos en otras ciudades del país.
Generalmente captan jubilados al azar en la vía pública y en muchos casos logran salirse con su cometido. Con la ingenuidad y la buena fe de querer ayudar, llevan a los estafadores hasta su casa e incluso los dejan entrar, para así demostrarles que cuidarán del billete que les confiaron.
Finalmente, con los delincuentes dentro de la casa, les roban sus ahorros y terminan siendo víctimas de la inseguridad.