Con el avance de la tercera semana epidemiológica de 2025, las expectativas para la temporada de dengue en Rosario son alentadoras. La comparación con el año pasado revela un panorama mucho más favorable: mientras que en enero de 2024 ya se habían reportado 150 casos, este año solo se registraron 13, de los cuales 12 son autóctonos del serotipo 1 y uno corresponde a un caso importado de un viajero que estuvo en la India. Esta tendencia positiva se alinea con la situación nacional.
El subsecretario de Salud y Territorio de Rosario, Fernando Vignoni, analizó las cifras actuales y destacó los factores que han contribuido a este escenario. “La disminución de casos en áreas con antecedentes de contagios importados, el trabajo preventivo realizado durante el invierno para erradicar criaderos de mosquitos, un clima más seco este año y la experiencia de la gran cantidad de personas afectadas en 2024 han fomentado una mayor conciencia y prevención”, explicó. Además, subrayó el impacto de las campañas de concientización y el programa provincial Objetivo Dengue, que coordinó esfuerzos entre cinco ministerios.
En términos epidemiológicos, suele observarse una caída en los casos tras un brote significativo, lo que parece confirmarse en esta temporada. En 2023-2024, el país registró 583.297 casos confirmados y 419 fallecimientos por dengue, mientras que en el período 2024-2025, iniciado en septiembre, se han reportado hasta ahora cerca de 280 casos, en su mayoría sin antecedentes de viaje.
La provincia de Santa Fe, epicentro de la crisis anterior, tuvo 61.600 casos en la última temporada, triplicando los registros previos, y Rosario concentró el 73 % de ellos. Sin embargo, el descenso en los casos actuales genera esperanza. “Es común que después de una gran epidemia haya una reducción significativa, pero no podemos bajar la guardia”, advirtió Vignoni.
Entre las acciones del programa Objetivo Dengue, se destacó la vacunación con Qdenga, aplicada a unos 80.000 santafesinos durante el último año. Este esfuerzo priorizó a adolescentes, jóvenes, personal de salud, policías y bomberos. “La vacuna no detiene la transmisión, pero sí previene complicaciones graves, lo que resulta clave para evitar desenlaces fatales. Al final de la temporada evaluaremos el impacto total de estas medidas”, señaló el funcionario.
El desafío ahora es mantener el compromiso de la población y las autoridades para continuar con las acciones de prevención y control, asegurando que esta tendencia a la baja se mantenga en el tiempo.