Como cada 8 de enero, el Barrio de La Carne, ubicado en el sur, se convierte en una de las festividades más emblemáticas de la ciudad en el Día del Gauchito Gil. Como cada año, una multitud de vecinos y devotos se agrupan en una emotiva procesión y chamameceada, para rendir homenaje a este santo popular que se convirtió en un símbolo de fe y devoción.
En la víspera del inicio del nuevo año, los vecinos de este histórico barrio se preparan para renovar su fe y cumplir con promesas hechas al Gauchito Gil, cuya imagen se encuentra en un altar construido hace varios años. La tradición se destaca por la ceremonia de llevar velas rojas, que los fieles dejan frente a las imágenes del santo, buscando protección, favores y fortaleza para enfrentar los desafíos del nuevo ciclo.
La procesión se inicia al caer la tarde, con música de chamamé que resuena en cada rincón del barrio, creando un ambiente de fiesta y reflexión. Los devotos caminan junto a los altares, cantando y danzando, mientras piden por sus seres queridos y agradecen por los milagros recibidos. Un momento de encuentro y comunidad, donde la fe y las tradiciones populares se entrelazan, y el espíritu del Gauchito Gil se hace presente en cada rincón.
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