En la noche del domingo, mientras Newell’s enfrentaba a Sarmiento en el Coloso Marcelo Bielsa, una serie de incidentes alteró el normal desarrollo del encuentro. Todo comenzó con un grupo de simpatizantes de Rosario Central que, a modo de provocación, lanzó fuegos artificiales en inmediaciones del Parque Independencia, muy cerca del estadio rojinegro.
Según testigos, los artefactos fueron encendidos con la clara intención de recordar la reciente victoria auriazul en el clásico rosarino, donde Central había derrotado a Newell’s por 2-1, ampliando así su ventaja histórica a 20 partidos. Esto motivó que un sector de hinchas leprosos reaccionara de inmediato, intentando salir del estadio para confrontar a los rivales.
La rápida intervención policial frenó el avance de estos hinchas, aunque no pudo evitar que se generaran importantes disturbios sobre la avenida Pellegrini y en las calles cercanas al Parque Independencia. En medio de la tensión, testigos aseguraron que hubo corridas y que la Policía utilizó medidas disuasivas para controlar la situación.
Las consecuencias llegaron también al terreno de juego, obligando al árbitro Luis Lobo Medina a detener las acciones en dos ocasiones durante el primer tiempo. El juez dialogó varias veces con las autoridades del operativo de seguridad, evaluando si estaban dadas las condiciones para continuar el encuentro, mientras observaba con preocupación los movimientos en las tribunas del estadio.
Posteriormente, fuentes policiales informaron que dos hinchas fueron detenidos en la esquina de Pellegrini y Santiago. Se trataba de individuos que habían participado activamente en los incidentes y que, según testimonios de testigos, intentaban responder directamente a la provocación rival. Ambos fueron trasladados bajo la acusación de resistencia y disturbios en la vía pública.
El conflicto, aunque breve, generó escenas de tensión que quedaron registradas por las cámaras de televisión y rápidamente circularon por las redes sociales, evidenciando una vez más la fragilidad del orden en partidos de alta tensión emocional. La situación no pasó a mayores gracias al rápido accionar de los efectivos policiales asignados al operativo de seguridad.
Desde el club rojinegro, por el momento no hubo declaraciones oficiales sobre el incidente, aunque se espera que en las próximas horas se realicen comunicados para aclarar la situación. La provocación de los hinchas rivales, surgida a partir del clásico rosarino disputado días atrás, dejó nuevamente en evidencia la necesidad de reforzar las medidas preventivas en este tipo de encuentros deportivos.
La victoria de Central en el clásico continúa generando repercusiones fuera del terreno de juego, alimentando rivalidades que, en este caso, superaron los límites del folklore futbolístico, poniendo en riesgo no solo la continuidad del partido sino también la seguridad de los espectadores que asistieron al Coloso.