Ante una creciente ola de violencia física y verbal contra médicos y trabajadores sanitarios en el sur de Santa Fe, el Colegio de Médicos de Rosario decidió tomar cartas en el asunto. La institución denunció que las agresiones en hospitales y centros de salud se han vuelto cada vez más frecuentes y peligrosas, lo que motivó el diseño de nuevas estrategias de contención y prevención.
Como respuesta concreta, se implementó un sistema de guardia permanente para brindar asesoramiento legal inmediato a profesionales agredidos. Este nuevo servicio funciona las 24 horas, todos los días del año, y está disponible a través del número telefónico 341-2661742. El objetivo es ofrecer acompañamiento legal urgente ante situaciones de violencia, aunque solo se atenderán llamadas, sin mensajes de texto ni comunicaciones por WhatsApp.
Además, el Colegio impulsó campañas de sensibilización para visibilizar esta problemática que, si bien no es nueva, se ha intensificado en el último tiempo. A la par, solicitaron a las autoridades provinciales y municipales de salud una reunión urgente para definir medidas de protección más efectivas. Entre los pedidos se destaca la creación de un “corredor seguro” que garantice la integridad del personal durante sus traslados.
Los casos recientes ilustran la gravedad de la situación. El pasado 24 de marzo, en el Hospital Iturraspe de la ciudad de Santa Fe, un grupo de personas reaccionó con violencia tras recibir la noticia del fallecimiento de un familiar. Días antes, el 10 de marzo, en el Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, un médico fue agredido brutalmente por allegados de un paciente en estado crítico.
“El vínculo entre los profesionales y la comunidad se está viendo afectado por una tensión constante”, advirtió Alberto Tuninetti, presidente del Colegio, quien aseguró que los episodios de violencia no solo ocurren dentro de los hospitales, sino también en los alrededores, especialmente en horarios de entrada y salida del personal.
Desde la entidad médica subrayan que esta problemática no solo impacta en la seguridad de los profesionales, sino también en la calidad de atención que reciben los pacientes. “Es urgente proteger a quienes cuidan la salud de todos”, remarcaron, al tiempo que hicieron un llamado al compromiso de toda la sociedad para erradicar estos actos de violencia.