Desde hace años el Concejo inicia sus sesiones ordinarias con un discurso marcado por la persistente crisis de seguridad pública que azota la ciudad desde hace más de una década. Lo que alguna vez fue una situación excepcional ahora parece ser la norma, convirtiéndose en un tormento constante.
Este año, la situación alcanzó niveles críticos, con lo que los tres niveles de gobierno denominaron como “terrorismo callejero” en las últimas semanas. Este clima tenso llevó a la suspensión del acto de inauguración, originalmente programado para el jueves 7 de mayo, debido a una marcha de taxistas indignados por el asesinato de dos de sus colegas. Ahora, dos semanas después, el intendente Pablo Javkin se prepara para enfrentar a los concejales y representantes de la comunidad, abordando una vez más el tema central de la seguridad.
El estado emocional de la población refleja claramente el impacto de esta situación, sumergiendo a la ciudad en un clima de miedo y tristeza colectiva que afecta la vida diaria de los habitantes de Rosario.
Javkin destacó en discursos anteriores su llamado a la unidad en la lucha contra el crimen, presentando el conflicto como una batalla entre el bien y el mal, sin matices intermedios.
Este año, su postura se alinea con la de otros niveles de gobierno, reconociendo la responsabilidad primaria de la Nación y la provincia en la lucha contra el crimen organizado. Javkin muestra satisfacción por las acciones coordinadas llevadas a cabo en Rosario, especialmente con el reciente refuerzo de las fuerzas de seguridad federales y el apoyo logístico de las Fuerzas Armadas.
Sin embargo, Javkin también abordará otra cuestión crucial: la necesidad de políticas de inclusión social para abordar las raíces del problema. Reconoce que muchos jóvenes ven en la participación en pandillas su única salida a la pobreza y la marginalidad, y destaca la importancia de medidas que mejoren su calidad de vida.
Aunque reconoce los esfuerzos del gobierno nacional y provincial, Javkin instará a que se cumplan los compromisos de financiamiento para proyectos de urbanización en diversos barrios de la ciudad, cuyos avances se vieron obstaculizados por la falta de fondos y problemas burocráticos.
Además, destacará los proyectos de transformación urbana que se están llevando a cabo en colaboración con la provincia, señalando su importancia para el futuro de Rosario.
Aunque reconoce los desafíos financieros, Javkin mantiene una convicción en su administración: la inacción es peor que cualquier intento, y sigue comprometido con buscar soluciones para los problemas que enfrenta la ciudad.