A pocos días de la marcha programada para el 2 de octubre, la relación entre el Gobierno y los gremios docentes se encuentra en un punto crítico. El Ejecutivo ha manifestado su descontento ante el rechazo de los sindicatos a la última propuesta salarial, y ha lanzado acusaciones hacia las universidades, señalando que algunas “inventan alumnos” para recibir más financiamiento.
La Universidad de Buenos Aires (UBA), por su parte, denunció una preocupante situación: más del 60% de sus trabajadores se encuentra en condiciones de pobreza. Este escenario ha generado mayor tensión entre el Gobierno y los docentes universitarios, quienes desde hace tiempo reclaman mejoras salariales.
Carlos Torrendell, secretario de Educación de la Nación y principal interlocutor del Ejecutivo con los gremios y las autoridades universitarias, lamentó que la propuesta de incremento salarial, que incluía un aumento adicional del 5,8% sobre el 1% ya acordado para octubre, fuera rechazada. “Con esta propuesta alcanzábamos los mayores aumentos negociados previamente, tal como se venía discutiendo”, explicó Torrendell. Sin embargo, los gremios consideraron la oferta insuficiente, argumentando que desde la llegada de Javier Milei al gobierno, el poder adquisitivo de los trabajadores ha caído un 55%.
El secretario de Educación también se refirió a uno de los principales reclamos de los sindicatos, que piden que los aumentos salariales acompañen la inflación. Torrendell señaló que este es un pedido “razonable”, pero destacó que la viabilidad de tal ajuste está vinculada al objetivo de alcanzar el déficit cero, un punto clave en las políticas económicas del Gobierno actual.