El Impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS), introducido en diciembre de 2019, se concibió como una medida para “estabilizar la economía argentina y promover la inclusión social”. Este tributo fue diseñado con una vigencia de cinco años, conforme a lo establecido por la Ley Número 27.541. De acuerdo con la normativa, su aplicación finalizará el 23 de diciembre de 2024, y el Gobierno nacional anunció que no solicitará su renovación.
El impuesto PAIS gravó diversas operaciones realizadas en moneda extranjera con una alícuota del 30%, con el objetivo de reducir la demanda de divisas y proteger las reservas internacionales. Entre las transacciones alcanzadas por este tributo se encuentran:
- Compra de moneda extranjera para ahorro: Adquisición de dólares para atesoramiento.
- Gastos en el exterior con tarjetas: Pagos y compras realizadas con tarjetas de crédito o débito fuera del territorio nacional.
- Contratación de servicios y adquisición de bienes en el extranjero: Incluye servicios digitales, paquetes turísticos y compras de productos en otros países.
La medida tuvo un impacto notable en el comportamiento económico, especialmente entre quienes realizan gastos en el extranjero o buscan protegerse de la inflación mediante el ahorro en dólares. Aunque su finalidad era fortalecer las reservas y reducir la fuga de capitales, también generó debates sobre su impacto en la actividad económica y en el acceso a bienes y servicios internacionales.
Con el fin del impuesto PAIS en el horizonte, se abre un nuevo capítulo para las políticas fiscales en Argentina. La decisión de no extender su vigencia refleja un cambio de enfoque en la estrategia gubernamental, que buscará otras herramientas para abordar los desafíos económicos del país.