“Cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía”, reza el popular refrán que tantas veces fue utilizado para anticipar de una posible estafa en ciernes. Si bien las modalidades cambian, desde engaños piramidales hasta escándalos resonantes como la Generación Zoe de Leonardo Cositorto siguen siendo claros ejemplos de cómo esa frase recurrente no pierde vigencia y hay que tenerla en cuenta ante cada posible inversión.
En Rosario también existen muchos advenedizos vendedores de ilusiones, atentos a captar a quien no sabe qué hacer con su dinero y que pretende reproducirlo mágicamente en poco tiempo. Claro, muchas veces la situación económica del país alienta a este tipo de apuestas de dudosa procedencia ante la inestabilidad que de su moneda y la imposibilidad de adquirir divisas de manera legal. Un combo perfecto para los que con un buen traje y una elegante sonrisa venden espejitos de colores y ganancias fabulosas que luego quedarán en la nada.
Según versiones, fiscales de la ciudad estarían tras la pista de un grupo conocido que opera en el microcentro con diferentes cartera de clientes. Por un lado, con un sector pujante del agro donde la estrategia está apuntada a tener una gran visibilidad y la diversificación financiera. Pero, según cuentan, esta misma firma operaría de forma ilegal en transacciones tanto o más escondida que su laberíntica oficina ubicada en una galería de calle Córdoba al 1300.
Viejos operadores de la city local cuentan que la fachada del grupo está ubicada en el primer piso del mismo edificio, pero que lo grueso se negociaría en la cueva a la que se accede por la misma galería. Algunas voces mencionan que ya el MPA estaría al tanto de una inspección del Banco Central que llamó mucho la atención y que confirmaría lo que muchos creen: muchos inversores están preocupados por las altas tasas de intereses en dólares que se pagan pero que creen sería solo una burbuja que en algún momento va a explotar. Se menciona que ya hubo casos de quienes fueron a pedir su dinero y se encontraron con el típico cuento financiero: “ahora no porque su capital está invertido”. Sin embargo, otras voces del establishment financiero rosarino habrían comentado que los dólares en realidad se utilizarían para tapar otras deudas. Nada mejor que ofrecer altas tasas en moneda extranjera insostenibles para el mercado.
En los últimos días, ejecutivos locales bromeaban con una posible llegada de Caruso Lombardi ofreciendo pagarés digitales y otros, un poco más en serio, se preguntaban: ¿estos terminarán como los financistas Herrera y Casanovas?