Durante las audiencias de imputación a Francisco Riquelme y a tres de sus secuaces por balaceras a escuelas y otras instituciones públicas, se difundieron videos que forman parte de las pruebas e indicios que los fiscales recolectaron durante esta primera etapa de la investigación.
Uno de esos materiales fílmicos que se exhibieron en la sala de audiencias pertenece al teléfono celular hallado en poder de Gabriel Eric Enrique, uno de los imputados. Para los fiscales, esa grabación es un elemento de prueba porque dejó al descubierto su satisfacción por los resultados obtenidos con los ataques.
Se trata de un video registrado el lunes 10 de abril en el que se puede ver un televisor antiguo en el que se oye y se ve a la conductora del noticiero de Telefé Rosario informar sobre las balaceras a las escuelas José Marmol y Rosa Ziperovich, ocurridas dos días antes.
En el momento en que la periodista Sonia Marchessi, manifiesta que “la escuela no cuenta con cámaras de video vigilancia”, se escucha a un hombre que podría ser quien filma el televisor u otro que se encuentra allí, festejar diciendo “vamos”. Posteriormente, cuando se informa que las clases fueron suspendidas, y ese mismo hombre ríe socarronamente.
La reacción de Amsafe tras el video
Sobre este video, desde Amsafe afirmaron que “es una sensación muy fuerte” la generada tras ver el material. “La verdad es una sensación muy fuerte, tiene que ver en todo caso con el registro fílmico que hacen los mismos responsables de estas balaceras para cobrar su trabajo”, manifestó a VersiónRosario Juan Pablo Casiello, secretario gremial de Amsafe Rosario Y aparece una escuela, el disparo, la violencia, bueno, lo que uno podía imaginar cuando se encontraba con la escuela baleada, bueno, uno lo puede estar viendo en esos videos.
“Quiero valorar también el trabajo muy riguroso de la Fiscalía, de la investigación, muy minucioso, tratando de buscar las distintas pruebas que hacen falta para imputar a los responsables”, añadió. Por otro, apuntó a que lamentablemente los jefes y cabecillas de estos hechos siguen operando desde la cárcel.