El Papa Francisco, internado desde el 14 de febrero en la clínica Gemelli de Roma por bronquitis y neumonía bilateral, sufrió este lunes dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda. Según el parte médico oficial, las crisis fueron causadas por una importante acumulación de moco en los bronquios, lo que derivó en broncoespasmo. Como parte del tratamiento, se le realizaron dos broncoscopias para aspirar las secreciones.
A pesar de las complicaciones, el Papa, de 88 años, permaneció “alerta, orientado y cooperativo” en todo momento. Los médicos indicaron que los análisis de sangre no muestran signos de una nueva infección, lo que es una señal positiva en su evolución. Sin embargo, destacaron que la situación sigue siendo “compleja”, con posibles riesgos adicionales.