Tras el inicio de la guerra desatada la semana pasada entre Rusia y Ucrania, fueron muchos los análisis económicos parciales vertidos en distintos medios de comunicación sobre el impacto, beneficioso o no, que podría tener esta situación para la Argentina. Si bien es cierto que repuntó la cotización de los commodities agropecuarios, como la soja y el trigo, es necesario evaluar todas las aristas para sacar conclusiones más aproximadas a lo que depara el contexto.
En primer lugar cabe recalcar que la guerra no es buena para nadie. Luego, vale analizar la posición en términos económicos y productivos de sus protagonistas, Rusia y Ucrania. El primero es productor de materias primas, principalmente combustibles y gas. Rusia distribuye gas a Europa por medio de sus gasoductos y su principal comprador es Alemania. Por su parte, Ucrania es uno de los mayores productores del mundo de girasol y trigo.
La guerra está afectando los precios. En ese sentido, el gas registró en Europa un incremento en torno al 40% casi en paralelo al inicio del conflicto. A su vez, los commodities agropecuarios, el trigo y la soja, subieron fuertemente. Para analizar el impacto futuro sobre la economía nacional, se debe considerar que Argentina viene lidiando con una de las peores sequías de su historia, la cual ya generó importantes pérdidas a la producción agropecuaria.
“Si bien los precios de los commodities agropecuarios suben, la cantidad producida se redujo mucho, casi un 30 por ciento menos por la sequía. Por lo que debemos analizar si el aumento de cotización compensa la pérdida de producción”, explicó en diálogo con VersiónRosario, el economista Federico Epstein. “Para calcular ingresos se realiza una simple ecuación que es “precio por cantidad“, si el precio del commoditie a exportar sube, pero la cantidad producida se reduce en la misma proporción, tus ingresos van a ser los mismos que antes de la guerra”, graficó.
Por otra parte, Epstein destacó el hecho de que Argentina terminó siendo importador de combustibles, por lo cual estos aumentos le jugarían en contra. “Si los combustibles aumentan en el mundo, deberían aumentar también internamente y eso repercutirá en la inflación, independientemente al incremento de los ingresos por exportación”, indicó y añadió: “En el caso de los aceites, como el de girasol, si bien hay un fideicomiso interno que regula el precio, todas estas subas a nivel mundial generarían más subsidios -gasto- por parte del Estado para que los precios no se disparen”.
Asimismo, aclaró que el precio de los combustibles ya estaba desfasado en la Argentina, aunque con este incremento el desfasaje es aún mayor. Otra cuestión fundamental es que se espera una devaluación del tipo de cambio oficial y que, si bien está habiendo un sistema de “crawling peg” o de “microdevaluaciones constantes” y controladas por el Banco Central, el tipo de cambio sigue atrasado.
“Argentina exporta materias primas pero no el producto manufacturado. Ahí está la cuestión. No le agrega valor a su exportación y esa es la perdida de oportunidad que tiene si no logra desarrollarse”, puntualizó Epstein y remató: “Este conflicto no es igual a la Segunda Guerra Mundial o la primera, cuando Argentina era el granero del mundo y exportaba de manera ilimitada. En esos años el nivel de importación era reducido. Hoy casi todo lo que vemos a nuestro alrededor es importado: ropa, plástico, entre otros. Esa es la principal diferencia”.
Guerra entre Rusia y Ucrania: Argentina, ¿beneficiada o perjudicada económicamente?
Los países en guerra buscan conocer las posturas de los distintos gobiernos del mundo con respecto al conflicto que protagonizan. Por este motivo, el posicionamiento que tomará la Argentina sobre esta guerra será clave para definir el impacto que tendrá sobre la economía.
El Gobierno tiene en vilo al Fondo Monetario, con Estados Unidos como principal jugador. Del otro lado Rusia y China, quizás más afines al oficialismo y más aún en su necesidad por conseguir financiamiento internacional. Otra alternativa es la neutralidad, alinearse de tal manera que “satisfaga a todos” y poder salir aireados.
Las variables son muchas en la economía y pueden ser vistas como los engranajes de una rueda. Para realizar análisis o sacar conclusiones la parcialidad no es aliada. El resto de la historia, y más en tiempos de guerra, se escribe día a día.
