Este fin de semana se vivieron momentos de suma alegría en el Sanatorio de Niños. Pablo -el niño que sufrió una hepatitis aguda- pudo volver a verse con sus padres luego de la intervención quirúrgica por un trasplante de hígado . “No hizo otra cosa que mirarme. Ahora no quiere que me vaya ni un minuto de su lado”, contó Vanesa Sobrero, mamá del nene de 8 años que fue operado hace más de 48 horas.
“Me avisaron a la mañana que tenía que venir porque mi hijo se había despertado y estaba inquieto porque me extrañaba”, relató la mamá de Pablo Álbarez. Emocionada, agregó: “No hizo otra cosa que mirarme. Ahora no quiere que me vaya ni un minuto de su lado”.
Los médicos se muestran cautos por el estado de salud de Pablo, pero sostienen que de no presentarse ninguna complicación en diez días es posible que el menor puera regresar a su casa.
“Le di un beso y le dije que le había mandando saludos todo el mundo. No hacía otra cosa que mirarme. Se dormía. Volvía a despertarse y no quería que me fuera. Yo tampoco, lo único que necesito es estar cerca de él”, reveló la mujer a pocas horas del reencuentro con su hijo.
El pasado miércoles 4 de mayo por la noche se conoció que un paciente había ingresado al Hospital de Niños Zona Norte, derivado desde el centro de salud Eva Perón de Funes, donde vive, por un cuadro complejo a nivel hepático.