El masivo y emotivo funeral para despedir al Papa Francisco, quien el lunes falleció a los 88 años, finalizó este sábado por la mañana cuando el cortejo fúnebre llegó a la Basílica de Santa María la Mayor. Se trató de una ceremonia solemne y llena de símbolos, a pedido de Jorge Bergoglio en vida.
La asistencia fue multitudinaria. Más de 150 delegaciones llegaron de todas partes del mundo, incluidos líderes políticos y jefes de Estado, como el presidente argentino Javier Milei, el estadounidense Donald Trump, el brasileño Lula Da Silva, el francés Emmanuel Macron, el rey Felipe VI y la reina Letizia de España. Se estima que más de 250 mil personas le dieron el último adiós al Santo Padre.

Entre los cambios que dispuso Francisco figuró el pedido de que el féretro fuera colocado al ras del suelo, en un claro gesto de humildad y austeridad, además la eliminación del catafalco y de los tradicionales tres ataúdes de ciprés, plomo y roble. Durante la oración de liturgia, se usó solo la denominación de “papa Francisco” para referirse al Santo Padre.
“El presidente Javier Milei despidió al argentino más importante de nuestra historia: el Papa Francisco. El Santo Padre llevó en su corazón el alma de nuestra tierra y la sembró en cada rincón del planeta. No le decimos adiós porque su legado ya es eterno”, publicó la cuenta oficial de la Oficina del Presidente.

El posteo estuvo acompañado por una imagen donde puede verse, en primera fila, al jefe de Estado junto a su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei. Más atrás se ubicaban el vocero presidencial, Manuel Adorni; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello; y de Seguridad, Patricia Bullrich.
En tanto, la liturgia exequial fue presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio. El féretro, ya cerrado, fue llevado por los “sediarios” desde el interior de la basílica a la Plaza de San Pedro. Ahí lo ubicaron en el centro del “sagrado” con el Evangelio sobre el ataúd, que será rociado con agua bendita e incensado al final del rito.
Una vez concluida la ceremonia, el cuerpo de Francisco fue trasladado a la Basílica de Santa María la Mayor, su destino definitivo. Será sepultado en tierra y su tumba llevará únicamente la inscripción en latín: “Franciscus”.
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