La violencia en el fútbol juvenil de Rosario volvió a dar que hablar este fin de semana con dos graves episodios que involucraron agresiones físicas y descontrol en los campos de juego. Estos hechos, registrados durante encuentros de la Liga Rosarina, dejaron un saldo preocupante para el deporte local.
El primer incidente tuvo lugar en el club 14 de Junio durante un partido de quinta división entre el equipo local y el club María Reina. Según relataron testigos, la tensión ya era palpable desde los partidos de categorías anteriores. Todo escaló cuando el arquero de María Reina reaccionó violentamente tras recibir una tarjeta amarilla por parte del árbitro. En medio de los reclamos, el jugador comenzó a agredir al juez, lo que desató una pelea generalizada que incluyó a varios jugadores.
“Los padres de 14 de Junio tuvieron que proteger al árbitro porque los familiares de María Reina intentaban alcanzarlo a la salida. Fue una locura: chicos pegándose, padres involucrándose… Lo que debería haber sido una jornada de disfrute terminó de la peor manera”, relató un testigo del hecho. La situación fue contenida gracias a la intervención de la comisión directiva de 14 de Junio, que escoltó al árbitro fuera del predio y permitió que recibiera atención médica por lesiones en el rostro y las costillas.
El dirigente del club, Oscar Jara, destacó el comportamiento de los jugadores locales y desmintió la participación directa de los padres de María Reina en la gresca. “Nuestros chicos fueron retirados rápidamente, y la comisión actuó para sacar al árbitro. La agresión fue exclusivamente de los futbolistas visitantes”, aseguró.
El segundo episodio ocurrió el domingo en un partido del club El Torito. Un jugador de 17 años fue agredido con un palo por un hincha mientras disputaba el encuentro. Aunque el joven fue trasladado inicialmente al hospital, tuvo que regresar este lunes para recibir tratamiento por las lesiones sufridas.
Estos hechos de violencia no son aislados. En 2022, dos jugadores de la sexta división de María Reina terminaron hospitalizados tras ser atacados por padres del club Unión Americana en medio de un disturbio en cancha de Unión. Uno de los menores sufrió una fractura de cráneo que requirió cirugía, mientras que el otro resultó con lesiones menores.
Los recurrentes episodios violentos plantean interrogantes sobre la seguridad en los torneos juveniles. La falta de capacitación en el arbitraje, el control deficiente de las tribunas y la escasa supervisión de los padres son factores que agravan esta problemática.
En un contexto donde el deporte debería promover valores de respeto y sana competencia, los desafíos para garantizar un ambiente seguro y libre de violencia se tornan urgentes. La comunidad futbolística de Rosario exige medidas concretas para prevenir que estos incidentes se sigan repitiendo.
