La Escuela Dr. Chorroarín, ubicada en Junín al 7000, no tiene clases tras el robo de cables que dejó a éste y otros establecimientos sin suministro eléctrico. Este hecho no solo interrumpe el funcionamiento normal de las clases, sino que también pone de manifiesto problemas de infraestructura y seguridad que afectan a varias instituciones en el área.
“La Escuela Secundaria 518 comparte edificio con un anexo de la Escuela EMPA 1223, que utiliza un aula multigrado después de las 18:30 horas. Junto a estas, el Jardín de Infantes N° 377, actualmente funcionando en la Primaria 1333, también está involucrado en la demanda de mejoras edilicias y seguridad. La comunidad se ha unido para reclamar la construcción de un nuevo edificio para el Jardín 377, una promesa largamente postergada por gestiones anteriores y que es vital debido al crecimiento de la demanda”, explicó a VersiónRosario Julieta, docente de la institución.
Durante la Semana de los Jardines, los pequeños elaboraron carteles exigiendo la construcción del nuevo jardín en un terreno frente a la secundaria, en la intersección de las calles Rullón y Aborígenes Argentinos. Este acto de protesta busca visibilizar la necesidad urgente de un espacio adecuado para el Jardín 377, que actualmente ocupa aulas en la Primaria 1333, impidiendo su expansión y correcto funcionamiento.
La Escuela Secundaria 518 también enfrenta desafíos grandes. Actualmente, los estudiantes deben rotar en sus clases debido a la falta de aulas, lo que significa que un curso debe perder un día de clases a la semana para permitir que otros cursos utilicen el salón. Además, para 2024 se ha solicitado la creación de un segundo año por la tarde, pero esto requiere un nuevo salón, aumentando la presión sobre la ya limitada infraestructura.
Uno de los problemas más graves es la falta de capacidad para inscribir a todos los estudiantes egresados de las primarias locales. Aproximadamente 100 alumnos no encontraron lugar en la escuela secundaria, con entre 35 y 40 en lista de espera para el primer año. La creación de una quinta división de primer año es esencial, pero esto también demanda más espacio que actualmente no está disponible.
Esta situación no solo afecta la calidad educativa, sino que tiene repercusiones sociales más amplias. La falta de escolarización adecuada puede derivar en problemas como la delincuencia juvenil, una preocupación central para los docentes. El barrio ha crecido significativamente, y la demanda por una educación secundaria adecuada no ha sido atendida por las autoridades provinciales.
La comunidad de Junín al 7000 se encuentra en una encrucijada, reclamando no solo por la reposición de los cables robados, sino por soluciones de fondo que permitan un entorno educativo seguro y adecuado para todos sus estudiantes.
