La Municipalidad de Rosario concedió a la constructora Obring SA en 2011 –por 25 años prorrogables por otros 5– un predio de unas cinco hectáreas sobre la margen derecha del arroyo Ludueña, en la desembocadura sobre el Paraná, para lo que se anunció como un emprendimiento privado basado en guarderías náuticas que, como contraprestación, sumaría una zona de disfrute público con vistas al río. Ese “parque náutico y recreativo” nunca comenzó a construirse. Sin embargo, ambientalistas denuncian que la guardería avanzó rápidamente y al día de hoy continúan las obras.
Esta semana, la Asociación Civil Carlos Bocacha Orellano, la Multisectorial Humedales y otros varios colectivos y organizaciones de la ciudad volvieron a denunciar el “grave e irreparable daño ambiental” que se acelera por las obras que continúan avanzando sobre el espejo de agua del Ludueña en un paisaje de humedal urbano con bosque fluvial de alisos y sauces.
La empresa contratista tiene la concesión del espacio desde 2011 para ejecución, explotación, mantenimiento y operación del Parque Náutico recreativo Ludueña.
Las entidades ecologistas remarcaron que “además de los reiterados y múltiples incumplimientos de los plazos para realizar las obras para el acceso de la ciudadanía, hemos tomado conocimiento de múltiples intervenciones que se encuentra realizando en la desembocadura del arroyo Ludueña que implicarían una grave alteración y daño ambiental, definitivo e irreparable, por cuanto a simple vista se advierte la ejecución de obras de modificación de las costas, movimientos de suelos, socavación de las paredes de la barranca, construcción de pilotes sobre el lecho del arroyo, dragado, desmonte, construcción de terraplenes hacia el interior del arroyo y hasta el centro del mismo, obstruyendo de esta manera el cauce natural de las aguas hacia la desembocadura en Paraná, afectación del paisaje y del lecho del arroyo, acelerando irremediablemente, afectando la escorrentía natural de la zona”.
A su vez, recalcaron que “la gravedad de las obras ya realizadas, en ejecución y las proyectadas por la empresa, sumado a las constantes denuncias de contaminación ambiental en distintas partes del arroyo, y la relevancia de la obligación que tiene el Estado, en todos sus niveles, de preservar el patrimonio natural, como lo es el arroyo Ludueña, demandan un rol proactivo del mismo, para lo cual debe dar cumplimiento a las normas legales que disponen la necesaria realización de estudios de impacto ambiental de manera previa a la autorización de las mismas, máxime cuando implican la intervención múltiple y severa de un curso de agua navegable que forma parte de los bienes públicos del Estado y que cumple diversas funciones ambientales, sociales, culturales, económicas para la población isleña en primer término, para la ciudadanía de Rosario, y de las poblaciones aledañas”.