Las primeras luces del día iluminaron las calles del barrio Química en San Nicolás, revelando un paisaje inusual: un fino polvo grisáceo cubría las aceras, las carreteras e incluso las plantas. Esta escena no sorprendió a los residentes, quienes habían sido testigos de tres explosiones provenientes de la fábrica de agroquímicos Atanor. Desde la mañana del miércoles, por recomendación de los bomberos, se encontraban confinados en sus hogares, sumidos en la oscuridad y plagados de incertidumbre sobre los eventos en la planta de la compañía.
“La situación es terrible. A solo unos pasos de mi casa, el pavimento está salpicado de pequeñas manchas, como si hubieran estado repintando”, compartió Gabriel Godoy, residente a tres cuadras de Atanor.
Hasta el momento, los bomberos han instado a los vecinos a permanecer en sus hogares con todas las puertas y ventanas cerradas. Sin embargo, la falta de electricidad y las altas temperaturas, que rondan los 40 grados, complican aún más la situación.
Gabriel mencionó que los vecinos llevan tiempo solicitando planes de contingencia y simulacros de evacuación ante posibles incidentes químicos, especialmente después de un incidente anterior en el puerto, ubicado a unas 20 cuadras de distancia, cuando un incendio en una cinta transportadora cargada de azufre generó preocupación. Sin embargo, estas solicitudes nunca recibieron respuesta.
“Muchos residentes optaron por autoevacuarse. Resulta paradigmático que Atanor nos convocara a la puerta de la fábrica para brindar explicaciones sobre lo sucedido, contradiciendo las indicaciones de los bomberos”, expresó el vecino.