La polémica por los audios filtrados a la prensa sigue borrando cada vez más el límite entre proceso judicial y política.
En la causa por presunto espiojane ilegal que desde la destitución del ex ministro de Seguridad de Santa Fe comenzó a tejerse se dan dos situaciones por lo menos llamativas: Al momento no hay ningún imputado por la misma, y los avances o detalles del proceso se conocen mediante filtraciones de temas en los medios de comunicación y no por voz de los fiscales que llevan adelante la causa.
El propio Marcelo Sain sumó oficialmente su voz a la contienda y en sus redes sociales publicó un hilo que encabeza manifestando: “Dejé correr esta ridiculez hasta acá con la esperanza que desistieran de convertir esta estupidez en un hecho político y mediático”.
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El hilo continúa con una serie de preguntas que buscan descalificar la veracidad de los audios planteando incluso que algunas de las cosas que se escuchan en los mismos serían imposibles de llevar a cabo: Este mensaje es una chanza entre compañeros de trabajo. Pregunto: ¿alguien cree seriamente que construimos jaulas o lugares de detención den la sede del Ministerio de Seguridad? ? ¿Creen que las detenciones en pandemia las ordenaba el ministro sin intervención fiscal?
Finalmente el ex Ministro de Seguridad de Santa Fe destaca que “esta campaña sucia” se da en contra de él porque quiso ir contra el poder real que se encuentra detrás del narcotráfico. ¿Puede llegar el ridículo político y mediático a tomar como un hecho cierto un chiste privado en una conversación reservada que es descontextualizada con maldad e intención de dañar al adversario?.