Convencido de que las frutas y las verduras podían darle todo lo que su cuerpo necesitaba, el rosarino Alfredo Gálvez se embarcó en un transformación profunda que lo llevó a abrirse un camino propio en lo que quería hacer para su vida. De familia con conocimiento en la materia y luego de trabajar por más de 10 años con su padre en el negocio, decidió que era hora de iniciar su proyecto y fue así que en pandemia inició su trayecto en la gastronomía saludable.
“No se trataba solamente de un tema limitado a la alimentación. Cuando uno decide hacerse responsable del cambio que quiere en el mundo, empiezan, de alguna manera, a caer una a una las fichas de un modelo de vida que es respetuoso con nuestro cuerpo pero también con el ambiente”, comentó el joven de 29 años a La Nación.
Criado sobre el Bulevar Oroño, Alfredo asegura que las primeras semillas para su idea fueron sembradas por la comida casera de su madre y el gusto alimenticio de su padre, quien siempre recurría a las preparaciones naturales a base de alimentos provenientes de la naturaleza para ayudar a palear cualquier dolencia.
El proyecto tuvo vida en noviembre del 2020 bajo el eslogan de “Estar apurado no es excusa para comer mal”. Alfredo abrió junto a su socio, el empresario Reinaldo Bacigalupo, Nato Comé Real. Un negocio en la esquina céntrica de Santa Fe y Presidente Roca. Con la impronta del fast healthy, que se basa en opciones de comida rápida saludable.
El menú está pensado para que sea rico y saludable. La carta se renueva en función de las frutas, verduras y hortalizas de estación. Por ejemplo, el bowl Mediterráneo lleva espinaca, arroz integral, olivas marinadas, tomates y berenjena asada, hummus, granola salada y salsa reducción de aceto. También hay tostadas en pan integral de masa grande y varias opciones para elegir (se destaca el de banana, nibs de cacao, avellanas tostadas y dulce de coco).
Además, cuidan el foco de la sustentabilidad. Trabajan con más del 90% de packaging reciclable y/o biodegradable, adoptaron políticas “zero waste” y por ello se comprometen a reducir, reutilizar y reciclar. El agua que se sirve en el local es gratis e ilimitada. Y para reforzar el consumo consciente, no venden ningún tipo de bebida gaseosa.
“Hace varios años quería emprender, desafiarme y tener esa motivación. Estamos convencidos de que nuestras decisiones y acciones hacen la diferencia y que el momento de actuar es ahora”, concluyó Alfredo.