Un grupo de 15 inversores rosarinos estafados por Generación Zoe, empresa del detenido Leonardo Cositorto, presentó este martes en la Justicia de Rosario una demanda por cerca de 20 millones de pesos. El abogado que patrocina a los damnificados reveló detalles sobre la operatoria de la firma que prometía importantes ganancias a base de una aporte en dólares.
Sobre cómo funciona Zoe Capital en la ciudad, el defensor penalista Jorge Resegue dijo que “se anunciaban como personas que se dedicadan a lo educativo, con coach ontológico o charlas motivacionales, que concluían con charlas sobre finanzas. Y luego se generaba un ámbito de confianza y propicio para hacer inversiones, bajo la promesa de un retorno importante y tentador”.
En Rosario, abrieron a fines del año pasado una oficina en San Lorenzo al 1700. “Arrancaron arrancaron en septiembre u octubre del año pasado y en febrero cortaron, entre el 17 y 19 de febrero dejaron de atender (tras los allanamientos de la firma en Villa María el pedido de detención de Cositorto)”, continuó.
“Si ponés tu dinero ya en lugar de esta renta baja vas a tener una más grande y además conseguir otros inversores reportaba más ingresos”, detalló Resegue en relación al accionar de la firma que hoy fue denunciada por 15 danmificados en la Justicia de Rosario. La suma de la estafa llega a 20 millones de pesos.
De acuerdo a los datos aportados por las víctimas, la oficina de San Lorenzo al 1700 “era atendida por gente que estaba fija acá y no era Cositorto; son tres personas diferentes, una sería el encargado de la sucursal que era de Rosario, los otros dos no podemos determinar si eran empleados o formaban parte de la organización”.
Además, el abogado comentó que babía movimientos para mudarse a Puerto Norte pero no llegaron a concretarlo. En ese lugar daban cursos de coach ontológicos y de educación financiera. Tenían un auditorio que era sala sencilla con sillas. “También había una ventanilla para recibir las inversiones y pagar a los que tuvieron la suerte de retirar algo de lo que habían dejado”, señaló el letrado.
“El curso era el anzuelo para las propuestas de inversiones. La hipótesis es que el dinero no estaba destinado a esos destinos que se decían”, amplió.
Por último, reveló que los demandantes son de “todas las clases sociales”. “Hay desde personas que han sacado créditos para poder invertir o que han invertido sus únicos ahorros para comprarse un terrenito, hasta gente que invirtió lo que le sobraba”, aseguró.