Desde hace años los pasajeros que recorren el tramo de Rosario a Rafaela reportan quejas en distintos medios de comunicación. Un pasaje muy costoso en comparación con los pagos que se realizan para viajar a otros destinos, una única empresa que conecta los puntos de ambas ciudades y un servicio que en el mejor de los casos es regular.
Desde la presencia de pasajeros sin butaca asignada que viajan parados (algo que en los papeles está prohibido hace años) hasta las pésimas condiciones de sus unidades, el servicio de General Güemes que conecta a dos de las ciudades más importantes de la provincia de Santa Fe es regular en cuanto al servicio (malo) que brinda a la hora de viajar. En este caso el domingo, las imágenes de cartones tapando vidrios quizás sorprendió a quienes desconocen el martirio que representa viajar en “el Güemes”, la única opción posible para viajar en micro desde Rosario a Rafaela.
Las imagenes generaron la respuesta política del secretario de Transporte de la provincia de Santa Fe, Osvaldo Miatello que habló de posibles sanciones a la empresa, cuyos voceros manifestaron que la unidad había sido apedreada en la zona de Ybarlucea, motivo por el cual tuvieron que improvisar el tapado de las ventanas por los cristales rotos.
Sin embargo, al tener tanta “mala fama” la excusa suena a eso mismo, aunque tampoco se desconoce la existencia de los vandalismos que sufren los transportes interurbanos y urbanos de la zona.
Miatello habló también de un marco legal obsoleto como uno de los problemas que se registra a la hora de la fiscalización de las concesiones que tienen determinadas empresas en las rutas y también que muchos servicios prefieren conectar rutas con el Amba ante los subsidios que allís e operan, ya que los trayectos como el de Rosario a Rafaela no son redituables.
Habrá que ver si este hecho pone el foco sobre la empresa Güemes y una posible regularización del “siempre malo” servicio, así como en algún momento ocurrió con la concesión de la ex empresa Monticas o si en unos días, esto pasará al olvido y se mantendrá solamente en las vivencias de los usuarios rehenes de este pésimo servicio de transporte interurbano que conecta a la ciudad con la perla del oeste.