Un corte de energía de gran magnitud dejó el lunes sin suministro eléctrico a extensas zonas de España y partes de Portugal, Francia y Alemania, y puso en alerta a las autoridades de los tres países ante la posibilidad de un ataque informático dirigido a la red de alta tensión europea. En Madrid, el Centro Nacional de Ciberseguridad (CNC) y el Ministerio del Interior han abierto sendas investigaciones para determinar si una intrusión digital pudo desencadenar el fallo, aunque aún no se dispone de evidencias concluyentes.
El precedente ucraniano, cuando en 2015 un malware interrumpió la distribución de energía en varias regiones de aquel país y meses después dejó a Kiev en penumbras, ha servido de referencia técnica para peritos y analistas que ahora examinan los registros de los sistemas afectados.
En Lisboa, el ministro de Cohesión Territorial, Manuel Castro Almeida, admitió en entrevistas con RTP3 que “no se puede descartar un sabotaje”, y advirtió que la escala y sincronización del corte apuntan más a un plan orquestado que a una anomalía aislada. Aun así, recalcó que las pesquisas continúan y “por ahora no hay un responsable identificado”.
La prensa portuguesa ha especulado con la posible intervención de grupos vinculados a Rusia, sin que hasta el momento exista ningún indicio público que lo corrobore. Del mismo modo, fuentes internas de Iberdrola descartan apresurarse y mantienen en estudio la teoría del ciberataque como una de varias líneas de trabajo.
Paralelamente, equipos de emergencia se volcaron en asegurar el suministro de combustible para los generadores de hospitales, bomberos y centros esenciales, garantizando así la continuidad de servicios de salud, comunicaciones y transporte básico.
Por su parte, el ministro de la Presidencia de Portugal, António Leitão Amaro, confirmó a la agencia Lusa la creación de un grupo de crisis encargado de coordinar la respuesta estatal. Según sus primeros hallazgos, el origen del problema parecería localizarse fuera de las fronteras portuguesas, con indicios de una disfunción inicial en la red de transporte eléctrico española.
Castro Almeida señaló además que el apagón no se limitó a la península Ibérica, sino que dejó sin luz puntos de Alemania e incluso podría haber afectado al norte de Marruecos, reforzando la hipótesis de un incidente concertado a gran escala.
En el ámbito político, Pedro Nuno Santos, secretario general del Partido Socialista portugués, urgió la convocatoria del Gabinete Coordinador de Seguridad Interna para “evaluar con máxima prioridad las causas y los daños, y diseñar protocolos de protección de infraestructuras críticas: sanidad, transportes, telecomunicaciones y abastecimiento alimentario”.
Mientras en algunas regiones de Levante y el sur peninsular la electricidad se recuperó parcialmente a media tarde, en el centro y norte los cortes persistían. En ciudades como Barcelona, el metro y las líneas de tren se mantuvieron paralizados, con miles de viajeros evacuados de túneles y andenes; los semáforos dejaron de funcionar, colapsando el tráfico, y las redes móviles sufrieron fallos generalizados, complicando la comunicación de emergencias.