El subdirector de Bomberos Zapadores explicó a Versión Rosario el protocolo aplicado durante el incendio en Tucumán al 2300, enfatizando que dejar la llama activa es una medida de seguridad esencial. “Es importante aclarar que mantener la llama encendida en esta etapa evita riesgos mayores. Si se apaga, el gas queda libre, lo que incrementa el peligro de explosión. Por eso, se trabaja enfriando los alrededores con agua, usando mangueras de alta presión para proteger las estructuras cercanas, mientras Litoral Gas procede con el obturamiento del caño bajo tierra, ya que no hay una llave de cierre en este tipo de instalaciones”, detalló.
Mientras tanto, los vecinos de los edificios lindantes fueron evacuados. Una vecina compartió su experiencia: “Cuando escuchamos las sirenas, bajamos de inmediato con mi marido y nuestra perrita. Avisamos a los demás vecinos por el grupo y todos descendieron rápidamente. Al salir, vimos que la llama estaba en la entrada del edificio”.
Según la misma vecina, el fuego podría haberse iniciado por objetos almacenados en la casilla de gas: “Hace tiempo que personas que duermen en la calle guardan frazadas y colchones ahí. Siempre les pedimos que lo retiren, pero no lo hicieron. Una chispa pudo haber causado esto”.
A pesar de la magnitud del incendio, la evacuación fue ordenada y no se reportaron heridos. “Gracias a Dios no hubo humo en los pasillos ni en los ascensores. Todo quedó bajo control. Solo esperamos poder regresar entre las 3 y las 4, como nos dijeron”, comentó la vecina.
Los bomberos y el personal de Litoral Gas continuaron trabajando en el lugar hasta asegurar el cierre total del suministro y extinguir por completo las llamas. Mientras tanto, los residentes permanecieron en la vereda, atentos al desenlace de la emergencia.