Los trenes de larga distancia en Argentina, pese a funcionar normalmente por el momento, enfrentan una situación de incertidumbre que preocupa a los usuarios y analistas del sector. A pesar de que la temporada de verano ha transcurrido sin mayores inconvenientes, la falta de definiciones sobre el futuro de estos servicios genera interrogantes sobre su continuidad más allá del mes de marzo.
En el marco de esta incertidumbre, recientemente se ha observado una serie de señales preocupantes, como el cierre de los coches comedor debido a un conflicto entre Trenes Argentinos y la empresa gastronómica encargada de su concesión. Esta situación, sumada a la ausencia de información sobre la disponibilidad de pasajes para el mes próximo, plantea dudas sobre el compromiso del Gobierno con el mantenimiento de los trenes de larga distancia luego de la temporada estival.
Las autoridades entrantes heredaron una red de servicios que incluye trayectos importantes como Retiro – Rosario Norte, Retiro – Tucumán, Retiro – Córdoba, entre otros. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados por la gestión anterior, no se lograron avances significativos en materia de infraestructura y material rodante.
A pesar de estas limitaciones, durante los últimos años se pudo observar un incremento en la oferta de asientos y un récord de ocupación en algunos corredores. Sin embargo, persisten problemas como la escasez de material rodante y el deterioro de la infraestructura, que afectan la calidad del servicio.
En cuanto a las perspectivas a futuro, las declaraciones y movimientos recientes de las autoridades no resultan alentadores. La intención del Gobierno de privatizar el sistema ferroviario y la falta de definiciones sobre el destino de los trenes interurbanos generan preocupación entre los usuarios y trabajadores del sector.
Ante esta situación de incertidumbre, se espera que el Gobierno tome decisiones claras y rápidas para garantizar la continuidad de los servicios de larga distancia. Sin embargo, hasta el momento, la falta de definiciones y la ausencia de acciones concretas mantienen en vilo el futuro de los trenes de larga distancia en Argentina.