La Federación de Industriales de Santa Fe (Fisfe) expresó su preocupación por el pedido de aumento tarifario que la Empresa Provincial de la Energía (EPE) presentó para 2025. Si bien el incremento promedio anunciado es del 25%, la suba sería significativamente mayor para las grandes demandas, alcanzando hasta un 80%.
Por su parte, María Eugenia Martínez, dirigente de Fisfe, señaló: “La EPE indica que el aumento general sería del 25%, pero al analizar las categorías tarifarias, se observa que para las grandes demandas el ajuste en enero, respecto a diciembre, será del 80%”. Según Martínez, al calcular los incrementos acumulados durante el año, el incremento interanual que los usuarios industriales afrontarán en enero de 2025 superará el 300%.
El precio final de la energía eléctrica tiene dos componentes principales: el costo de generación, determinado por el gobierno nacional, y el de distribución, definido por la EPE. Además, los usuarios se dividen en diferentes categorías, como los consumidores residenciales y las grandes demandas industriales, que suelen ser las más afectadas por estos incrementos.
Martínez destacó el impacto que estos costos tienen en la competitividad de las industrias locales: “Necesitamos condiciones que favorezcan la competitividad. Los costos energéticos son un factor clave en la formación de los precios finales”. Estas tarifas, que han retomado un peso importante en los costos de las empresas, se suman a otros desafíos que enfrenta el sector, como la disminución del consumo interno y la consecuente caída en los niveles de productividad.
En este contexto adverso, los datos de Fisfe muestran que gran parte de los sectores industriales están enfrentando dificultades, con excepción de la cadena productiva vinculada a la soja, que se mantiene como el único segmento con actividad sostenida.
Martínez también se refirió al contexto nacional, especialmente a la reciente apertura importadora anunciada por el gobierno. Al respecto, afirmó: “Todavía no estamos viendo el impacto total de esta flexibilización, pero es necesario evaluar las consecuencias. Aunque existe la expectativa de acceder a productos más económicos provenientes de China, la pregunta es quién estará en condiciones de adquirirlos, considerando la actual caída del consumo interno”.
La combinación de costos energéticos en aumento, una menor demanda interna y una mayor competencia por productos importados plantea un escenario desafiante para las industrias santafesinas. Desde Fisfe, insisten en la necesidad de políticas que promuevan la competitividad y protejan a las empresas locales frente a estas adversidades.