Alejandra se cansó de la inseguridad y decidió cerrar su verdulería tras sufrir el tercer robo en menos de un mes. Previo a eso, las ventas estuvieron muy bajas por el vallado que hubo en la zona para proteger al Centro de Justicia Penal tras las amenazas y balaceras realizadas al edificio.
“Ya está, es imposible seguir así” dijo la dueña de la verdulería, visiblemente agotada al móvil de Canal 3, para agregar que varios vecinos intentaron convencerla de que no cerrara y que hasta incluso llegó a quedarse a dormir en el local.
“No me puedo hacer cargo de la reja, más la reposición de las cosas, más el local cerrado, es imposible trabajar así”
Alejandra, dueña de la verdulería que cierra sus puertas por la inseguridad.
“Con mucho esfuerzo volví a abrir, había dicho que no pero los vecinos me alentaron, pero ahora ya está. Estoy sin rejas y no puedo colaborar con las rejas que me pide el consorcio. Volví a perder balanzas, una notebook que había quedado, es imposible seguir así”, manifestó Adriana con una total sensación de impotencia.