La concejala del bloque Socialista, Verónica Irizar, aseguró que la instalación de cabinas de protección blindadas en los colectivos en el Transporte Urbano de Pasajeros de Rosario garantizarán la seguridad de los choferes. “Tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para aportar soluciones en este momento tan delicado para la ciudad”, detalló.
El proyecto de ordenanza enviado al Concejo establece la instalación obligatoria de una cabina de blindaje en cada unidad del transporte de la ciudad. “Proteger a las y los choferes es fundamental para garantizar la continuidad de un servicio que ya viene en crisis tras los hechos delictivos de público conocimiento: el asesinato del chofer de la línea 116 en diciembre pasado, el crimen de un conductor de la línea K en marzo de este año, así como la sucesión de ataques, amenazas e intimidaciones”, subrayó la edila.
Asimismo, Irizar señaló que “un montón de ciudades del mundo ya lo implementan con buenos resultados tras su aplicación”, por lo que busca que en la ciudad Rosario se pueda colocar “de forma urgente las cabinas de protección para resguardar a los choferes de colectivos”.
“Tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para garantizar las mejores condiciones de trabajo y seguridad para quienes prestan un servicio público esencial como es el transporte urbano de pasajeros”, remarcó. Y luego, añadió: “Significaría un incremento de la protección efectiva a quienes son los principales depositarios de agresiones ante un hecho de inseguridad”.
En la misma línea, la concejala resaltó que “las cabinas reforzarán los esquemas de seguridad de forma pasiva, disuasiva y de prevención, y que ante hechos como los ocurridos en las últimas semanas de este año podrían salvar vidas”.
De igual forma, Irizar destacó la importancia de una intervención articulada y planificada de los tres niveles del Estado para la seguridad de la ciudadanía: “En un servicio esencial como lo es el transporte urbano, con una mayor presencia de las fuerzas de seguridad, la implementación de cabinas antivandálicas constituyen una herramienta para reforzar la seguridad en el sector, puesto que el chofer al encontrarse resguardado, no se encuentra impedido de pedir auxilio, ni de brindar datos de posicionamiento u otros detalles para que las fuerzas de seguridad puedan actuar ante su llamado”.
Las cabinas tendrán que contar con características que no afecten las condiciones dignas de trabajo de los choferes, por lo que deberán ser confortables, permitir la adecuada ventilación y climatización, garantizar una óptima visibilidad interior y exterior, posibilitar la comunicación verbal y visual con los pasajeros y con el exterior de la unidad, asegurar una rápida y fácil evacuación en caso de siniestros viales o de otra índole, además de poseer una resistencia y seguridad estructural ante el impacto de proyectiles de diversa índole.
Por último, Irizar recordó que “durante la pandemia, las cabinas aislantes se usaron como método de protección para evitar posibles contagios en los trabajadores, al tratarse de estructuras rígidas y herméticas, y una vez superada la etapa más crítica del Covid-19 algunas unidades dejaron este sistema de prevención de forma permanente, ante los recurrentes robos y ataques a choferes, pero estas no son antivandálicas”.