Un comerciante del centro rosarino vivió este miércoles un mal despertar al descubrir que habían intentado ingresar a su local durante la madrugada. El hecho salió a la luz cuando salió de su casa para llevar a su hija al colegio y notó que la puerta del negocio estaba destrozada. Afortunadamente, no se registró el robo de mercadería ni de dinero.
El hecho ocurrió en la esquina de Catamarca y Paraguay, donde vecinos alertaron a la policía tras oír ruidos extraños en plena noche. Efectivos llegaron a primera hora de la mañana para constatar los daños: la puerta de vidrio del local había sido violentada y en la vereda quedaban los restos del blindex hecho trizas.
El propietario del comercio explicó que no es la primera vez que le toca enfrentar este tipo de situaciones fuera del horario comercial. “Estoy en este lugar hace 17 años y ya perdí la cuenta de cuántas veces me pasó algo así. Por suerte esta vez no lograron entrar”, expresó con resignación.
Según su relato, los delincuentes habrían intentado acceder rompiendo la puerta de cristal, pero no lograron superar la reja interna ni forzar los candados que protegen el acceso. Ante esa dificultad, optaron por huir sin lograr su cometido. A esa hora, apenas pasadas las 7, el comerciante se dirigía a la escuela con su hija mientras su pareja se quedaba en el negocio para evaluar los pasos a seguir.
Personal policial recorrió la cuadra a bordo de motos en busca de algún indicio, pero no hallaron elementos contundentes como piedras o palos que pudieran haber sido usados para romper la vidriera. Tampoco se informaron arrestos, aunque el local cuenta con cámaras de seguridad que podrían aportar pistas clave para identificar a los responsables.
El dueño explicó que, si bien el sistema de seguridad logró impedir el ingreso, ahora enfrentan el problema de no poder cerrar completamente el comercio. “Si no conseguimos reemplazar el vidrio hoy, no nos va a quedar otra que pasar la noche adentro”, comentó preocupado.
El intento de robo se suma a una larga lista de hechos similares que afectan al sector comercial rosarino, especialmente en horarios nocturnos, cuando los locales quedan vacíos y más vulnerables.